Margarita de Carlos Muñoz, decana del Colegio de Registradores de Asturias, entró ayer a formar parte, como miembro de número, de la Academia Asturiana de Jurisprudencia. Lo hizo ofreciendo una conferencia en la que disertó sobre la "descripción de la finca registral y sus efectos jurídicos. De la descripción literaria a la georreferencia". En las siguientes líneas repasa el estado actual de la actividad registral, cuya actividad se vio muy mermada durante los peores años de la crisis inmobiliaria.
- ¿Qué supone entrar en la Academia de la Jurisprudencia?
-En un gran honor y un motivo de orgullo que la Academia Asturiana de Jurisprudencia me haya propuesto ingresar como académica de número. Es una corporación que goza de gran prestigio jurídico e intelectual y está integrada por grandes juristas, entre los cuales, además, hay varios compañeros de profesión.
- ¿Cómo está el profesión de registrador?
-Las continuas reformas legislativas nos van afectando, de modo que hay que ir adaptándose a ellas. Partiendo de un Registro inicial en papel, donde las inscripciones se realizaban a mano y las fincas se definían de forma literaria, se ha llegado al Registro actual, totalmente informatizado, en el que se llevan a cabo trámites telemáticamente, se utiliza la firma electrónica, se identifican las fincas mediante sus coordenadas de referenciación geográfica con programas de identificación y tratamiento de recintos, etcétera. Eso, claro está, ha afectado al modo de desenvolvimiento de la profesión de registrador y hemos tenido que ir adaptándonos. Sin embargo, todo ello ha venido a incrementar la seguridad jurídica y la protección registral.
- ¿Siguen siendo útiles o corren peligro los registradores por ese aumento que usted comenta de los trámites telemáticos?
-La utilidad del Registro de la Propiedad se encuentra en la protección que el Registro ofrece al titular de los derechos reales inscritos, lo que es totalmente independiente de que los trámites se lleven a cabo en papel o de forma telemática. El incremento de los trámites telemáticos no supone ningún peligro para la institución; los medios electrónicos son siempre una oportunidad de ofrecer un servicio público de mayor calidad y celeridad y el Registro ha ido adaptando su funcionamiento a las nuevas tecnologías, como no podía ser de otro modo.
- ¿Cómo se está adaptando el sector a todos estos cambios tecnológicos que están surgiendo?
-El Colegio de Registradores, a través de su Servicio de Sistemas de Información, lleva a cabo el desarrollo y la adaptación de los programas informáticos que utilizamos los registradores, de modo que los cambios tecnológicos van suponiendo cambios en nuestro funcionamiento, que se llevan a cabo de forma natural.
- ¿Hay vocación de registradores en Asturias?
-En este momento, la Academia de preparación de opositores que se lleva en el Decanato, cuenta con 10 alumnos, por lo que puedo contestarle afirmativamente.
- ¿Cuáles son los principales retos de los registradores asturianos?
-Nuestros retos son los mismos que los de todos los registradores. No hay una especialidad por razón del territorio. Sí que es verdad que la dispersión de la propiedad rústica es especialmente acusada en Asturias y por ello cobra especial importancia la identificación registral de los terrenos mediante su georreferenciación. Es importante lograr la identificación gráfica del mayor número posible de fincas para que los titulares puedan tener plena seguridad en cuanto a la cabida y en cuanto a límites del inmueble.
- ¿Cree que la sociedad valora o conoce el trabajo de los registradores?
-Creo que cada día la gente es más consciente de la función y eficacia del Registro y de la importancia de la función calificadora del registrador. La gente sabe que si tiene inscrito su derecho en el Registro está protegido por las presunciones que la ley establece a su favor. Igualmente, el registrador se ha hecho cercano para la sociedad, que es más consciente de su carácter de servidor público, y son muy frecuentes las consultas hechas por los consumidores directamente al registrador.
- ¿Cómo han vivido esta crisis inmobiliaria? ¿Se ha notado?
-Sí, claro. El Registro de la Propiedad es el último eslabón de la cadena en la construcción inmobiliaria. La crisis supuso una bajada drástica del trabajo en los Registros de la Propiedad, lo que nos afectó enormemente. El mantenimiento de la oficina registral, con todos sus costes, laborales, de instalación, informáticos, etcétera, es totalmente de cuenta del registrador, que los satisface con los honorarios pagados por los usuarios del servicio. Los peores momentos de la crisis supusieron que en muchas oficinas no hubiese ingresos suficientes para pagar todos los gastos.
- ¿Y ahora se siente la recuperación?
-Está claro que la crisis se está remontando. Poco a poco la actividad inmobiliaria se va incrementando y cada vez las entidades de crédito están concediendo más préstamos hipotecarios. En Asturias la construcción va despegando más lentamente que en otras zonas de España.
- ¿En qué niveles remonta?
-Lo que parece seguro es que no se va a volver a los niveles de antes de la crisis, sino a niveles más razonables.
