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Me quedo en el pueblo | Rioseco

Tenderos de toda la vida

José Manuel Corte trabaja junto a su padre, Rubén, al frente de una tienda de ultramarinos y carnicería ubicada en la capital de Sobrescobio

Tenderos de toda la vida

Rubén Corte González tiene 51 años. Su hijo, José Manuel Corte Álvarez, 29. El segundo trabaja con su padre en la tienda de ultramarinos y carnicería que abrieron en 2010 continuando en un oficio que, en principio, no había pensado. "Yo empecé a trabajar con 18 años como soldador en Pola de Laviana y estuve unos seis años. Después de dejarlo quise sacar el título de guía de montaña, pero no lo conseguí y entonces decidí venir a trabajar con mi padre. Conocía el oficio porque desde pequeño me tocó ayudarle en casa; por eso también soy carnicero, porque aprendí la profesión con él", afirma.

Su padre, Rubén Corte, se ha dedicado prácticamente toda su vida al oficio de carnicero y ahora además como propietario de una tienda de ultramarinos. Recuerda también sus inicios: "Aunque estuve unos años como viajante, siempre fui carnicero. Aprendí el oficio con el abuelo de Rubén. Tuve una carnicería en El Condado muchos años y luego, en el año 2010, empezamos con la tienda de ultramarinos y a su vez carnicería en Rioseco", recuerda este hombre que, desde siempre, fue un emprendedor rural y para quien la crisis económica no afectó tanto a su negocio como al pueblo en el que habita, como él mismo explica: "La crisis afectó más a la población que a nosotros, que desde que abrimos tenemos una clientela fiel además del turismo que se acerca a Redes y viene a comprar aquí. Hace diez años aquí no se vendía una casa y hoy hay varias en venta. La cuestión es que la gente mayor va falleciendo y no hay un relevo generacional. Los hijos están fuera viviendo, en Oviedo, Gijón o Avilés, y vienen menos o muy poco. ¡A ver quién mantiene dos casas, la de fuera y la de aquí!", se pregunta Rubén en el exterior de su tienda de alimentación El Río, en el medio del pueblo y a un lado de la carretera, muy visible con su color verde y donde trabajan padre e hijo.

Por su parte, José Manuel recomienda la vida en Rioseco para quien le gusten los pueblos porque "aquí tenemos de todo: médico, colegio, biblioteca, piscina, farmacia. Eso sí, para mantener un negocio hay que trabajar mucho y todos los días. El turismo es una gran fuente de ingresos en épocas como Semana Santa o el verano. Necesitamos más actividades, más incentivos para que venga más turismo, por eso es tan importante para todos el proyecto de hacer los pantanos navegables, como en otras zonas de Asturias, y la apertura de los campings. Yo creo que para vivir tranquilo es un pueblo ideal. En diez minutos estás en Laviana y en media hora en Oviedo", matiza.

A su vez su padre recuerda que "esto se mantiene trabajando mucho y siendo constantes, nosotros no descansamos ni un día. No hay ninguno secreto. Sólo trabajar".

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