El intento de integrar al SOMA en la Federación de Industria, Construcción y Afines de UGT (FICA) y de consumar con ello la fusión de la representación sindical de la minería y del metal, protagonistas de un antagonismo histórico, quedará en suspenso y ambas organizaciones mantendrán un funcionamiento propio dentro del sindicato ugetista, según una solución que se está manejando para atajar el conflicto provocado a raíz de la negativa del SOMA a la integración. La organización minera ha llegado a anunciar su desconexión de UGT y la creación de un sindicato nuevo. La oferta que ahora está sobre la mesa, explicaron fuentes conocedoras, supone "dejar las cosas como estaban" antes del intento de fusión. Esto es, aparcarla y esperar a otro momento (quizá dos años). En la gestación de esta salida ha intervenido la dirección federal del PSOE, según algunas fuentes.
La propuesta ha sido trasladada a los líderes del SOMA, José Luis Alperi, y de UGT-FICA en Asturias, Jenaro Martínez. Ambos mantienen reserva sobre su posición, si bien otras fuentes cercanas a ambas federaciones explican que la próxima semana la ejecutiva nacional de FICA, encabezada por Pedro Hojas, podría dar luz verde a la "excepción asturiana". Supone que se desista por el momento de la integración del SOMA-Fitag en la nueva federación, de forma que la organización del sindicato, que a nivel nacional ha quedado reducida a tres federaciones, tendría cuatro en la región. La actual FICA comprendería las actividadades de la antigua MCA-UGT (metal, construcción y otras) y el SOMA conservaría la acción sindical en la minería y en sectores como el energético, químico, agroalimentario y forestal.
El pasado noviembre se celebró el congreso fundacional de FICA en Asturias, con la elección de Jenaro Martínez y sin la participación del SOMA, que ya entonces amagó con abandonar la UGT. Se abrieron a continuación conversaciones con la mediación de la dirección nacional de Pepe Álvarez. Finalmente, este marzo, el SOMA decidió en asamblea de afiliados rechazar la oferta de integración -que incluía una vicesecretaría y otras concesiones- y anunció que se desvincularía de la UGT después de 107 años.
Esa ruptura tuvo además una fuerte resonancia política por la histórica vinculación de ambas organizaciones con el PSOE y el impacto interno en la Federación Socialista Asturiana (FSA). Las fuentes consultadas explicaron que en la solución que se plantea ahora han tenido protagonismo el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, o dirigentes muy próximos a él, así como el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, y el líder del sindicato en Asturias, Javier Fernández Lanero.
