Un grupo de excursionistas tuvo ayer en Somiedo un encuentro inesperado con un pequeño osezno. En la Collada de Aguino, a poco más de un kilómetro de Pola de Somiedo, un niño se separó unos metros del grupo, a la altura de un mirador muy visitado por quienes quieren disfrutar de la berrea del venado y del avistamiento de osos, y el ruido que escuchó cerca de donde se encontraba resultó ser un pequeño esbardo, probablemente recién nacido. Ocurrió a media tarde y al comprobar que la madre del animal no se encontraba a la vista la familia dio cuenta del hallazgo al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que recibió la comunicación en torno a las siete. La guardería del Medio Natural acudió a inspeccionar la zona y la tarea les ocupó las horas que quedaban de luz, hasta el anochecer, en una zona de orografía compleja, pero no dio resultado, por lo que los guardas supusieron que el osezno había vuelto al lado de su madre, que en eltiempo que duró la búsqueda tampoco pudo ser localizada.

El esbardo se aproximó a una zona cercana al camino -la estrecha carretera que lleva de Pola de Somiedo a los pueblos de Aguino y Perlunes- y su pequeño tamaño hace suponer que puede ser muy joven, casi recién nacido, teniendo en cuenta además que es en estos primeros compases de la primavera cuando las hembras parideras, recién salidas del periodo de hibernación, dan a luz a sus oseznos y los amamantan.