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Reacciones a la sentencia contra la expareja de Juanele

Crecen las denuncias por malos tratos que se archivan por falta de pruebas, como la de la expareja de Juanele

Las acusaciones engañosas representan sólo el 0,06% del total pero crecen las que no prosperan por falta de pruebas, según juristas y abogados

Concentración en Oviedo contra la violencia machista. E. P.

Las denuncias falsas por violencia machista son excepcionales. De hecho, según la estadística del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), no llegan al 0,06 por ciento del total. Cosa distinta son aquellas que se archivan por falta de pruebas, lo que no significa que no exista maltrato, sino que no se puede demostrar. Y estas crecen, aseguran juristas y abogados.

La sentencia contra Ana Belén Espinosa, la exnovia del exfutbolista Juan Castaño Quirós, Juanele, por denuncia falsa y falso testimonio, ha puesto el debate sobre la mesa. La mujer denunció a su expareja, condenado por malos tratos hacia ella, por haber quebrantado una orden de alejamiento, al intentar comunicarse dejándole una nota en la peluquería que ella regenta en Gijón. Según el fallo judicial, la nota, en términos cariñosos, era anterior a la orden de alejamiento. El juez la condena a ella y a dos testigos.

Éste es uno de los pocos casos que se conocen, según coincidieron ayer juristas y abogados, aunque admiten que existen, y algunos con condena para las denunciantes. Uno de ellos fue el de una mujer que denunció a su expareja cuando finalizó la orden de protección y necesitaba volver a cobrar la prestación de 426 euros. "Denunció que su exmarido la estaba amenazando por teléfono. Lo que no sabía es que él había muerto quince días antes", relató una fuente judicial que reclamó anonimato.

Otro caso reciente fue el de una mujer que supo que su expareja, a la que hacía tiempo que no veía, tenía una nueva relación. "Actuó por celos, y denunció que la había agredido en El Campillín; que le robó una mochila y le había roto el móvil. Ese día y a esa hora, él estaba trabajando, y quedó acreditado por imágenes grabadas y por testigos. Ella tuvo que reconocer que había mentido, y fue condenada a pagar daños morales y perjuicios, porque él estuvo detenido".

Elena Ocejo, presidenta de Abogadas por la Igualdad, asegura que el número de denuncias falsas es insignificante, y que "el verdadero problema es que la mayoría de las víctimas no quiere denunciar, no quieren que ellos vayan a la cárcel. Sólo quieren que las deje en paz. Es más, la mayoría vuelven a darle más oportunidades".

Ocejo alerta también del "bulo" de las denuncias que se presentan para lograr la ayuda de 426 euros. "La mujer tiene que cumplir una serie de requisitos, y estar en riesgo de exclusión social. No tienen prestación por el mero hecho de ser víctimas de maltrato. Muchas tienen que abandonar sus casas e ir a centros de acogida". La presidenta de Abogadas por la Igualdad insiste en la necesidad de denunciar los malos tratos incluso aunque se archiven las denuncias por falta de pruebas. "Es una manera de, llegado el caso, probar el maltrato continuado".

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