El Gobierno de Asturias ha aprobado esta semana el decreto que regula la puesta en marcha de las comisiones de salud escolar en los centros docentes públicos y concertados que impartan las enseñanzas de Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. Estos comités se encargarán de analizar los problemas sanitarios concretos de cada centro docente y plantearán las actuaciones más adecuadas para resolverlos.

El director general de Salud Pública, Antonio Molejón, y el director general de Ordenación Académica y Planificación Educativa, Francisco Laviana, han presentado hoy en rueda de prensa el contenido de esta norma, que se adapta a lo dispuesto en el artículo 20 de la Ley 11/1984, de 15 de octubre, de Salud Escolar del Principado.

Los comités elaborarán propuestas para la mejora de la salud escolar, para lo que recogerán aportaciones de toda la comunidad educativa y de asociaciones de pacientes de aquellas patologías detectadas entre el alumnado de los centros.

Además, velarán por el cumplimiento de las recomendaciones de la Consejería de Sanidad y la aplicación de los protocolos de actuación que impulsa la Dirección General de Salud Pública. También asumirán el seguimiento de las actuaciones, con el propósito de comprobar su eficacia y dar cuenta después a los tutores de los estudiantes y el consejo escolar.

Las comisiones de salud de cada centro estarán presididas por la persona titular de la dirección y contarán con representación de los docentes, el personal de administración y servicios, el alumnado, las familias, el Ayuntamiento del concejo en el que se ubique y el Servicio de Salud del Principado (Sespa). Estos organismos deberán constituirse en el plazo máximo de un mes desde el inicio del curso escolar y, en caso de urgencia, a la mayor brevedad posible.

Buen estado de salud

Hace pocos días, la Consejería de Sanidad del Principado presentó la II Encuesta de Salud Infantil para Asturias, elaborada durante 2017. El informe concluye que la infancia asturiana disfruta en su inmensa mayoría de muy buen estado de salud y una alta calidad de vida en relación a la salud, superior a la media nacional y muy por encima de la de los países europeos.

Los resultados ratifican las principales conclusiones de la primera, realizada en 2009: la valoración general de la salud de la infancia es buena o muy buena, aunque condicionada por factores culturales, sociales, económicos y educativos además de los propiamente biológicos. De ahí que la situación más favorable, tanto en términos de estado de salud como de estilos de vida, esté relacionada directamente con un nivel educativo más alto en los padres o madres, en los hábitats y en la clase social.