El combate por el emplazamiento del grado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte ha salido de Mieres, de Gijón y de la Universidad para invadir peligrosamente a todo el corazón de la Asturias metropolitana y convertirse en un punto de fricción política dentro de la izquierda asturiana. El grupo parlamentario de IU ha llevado su respaldo al alcalde de Mieres hasta la amenaza contra uno de los proyectos estrella del Gobierno de Javier Fernández, la ordenación del área metropolitana central. IU ve el órdago de su regidor, Aníbal Vázquez, y lo sube hasta la "preocupación" del portavoz parlamentario, Gaspar Llamazares, y la advertencia con aire de ultimátum que llega desde la dirección regional: "No habrá área central ni sin Mieres ni contra Mieres". Es ésta una batalla que se libra, añaden, por algo más que por la titulación en litigio, que se expande a la dotación de contenido del campus mierense y llega, más allá, hasta la puesta en cuestión del compromiso del Gobierno con las comarcas mineras. Así hace suya la indignación de un alcalde que ya ha estallado contra el Principado y que no descarta activar la movilización ciudadana.

El caso es que la decisión, sea cual sea, ya tiene asegurado un conflicto en el núcleo de un área central que ha sido hasta ahora muy sensible al localismo y que recientemente dinamitó Gijón antes que Mieres. IU, que de los seis ayuntamientos "fundadores" del área gobierna Mieres y Langreo, ha querido ahora golpear en una herida abierta, a sabiendas de que siempre ha patrocinado un proyecto que forma parte de los compromisos del pacto de investidura que hizo presidente a Fernández y del que la coalición ha hecho siempre bandera política. Hasta ayer. Que el Principado se inhiba ante la petición de Mieres es "un paso atrás", "un traspié", "un golpe al área metropolitana", se lanzó ayer Llamazares en la Junta. Exigió al Gobierno "que no reduzca su iniciativa a los reflejos sectarios" y adopte una posición netamente "política" en favor de "la razón", que a su juicio asiste a Mieres por "infraestructura y equipamientos". Pero el asunto, abunda el portavoz, tiene además del componente de la planificación educativa una vertiente relativa al "equilibrio territorial" y a la "justicia académica y política" que el Ejecutivo no debería desatender so pena de poner en riesgo, amenaza, "el futuro del corazón de Asturias".

El diputado requirió la implicación directa de Javier Fernández en el diálogo y respondió en términos políticos al planteamiento "burocrático" que a su juicio hace el Gobierno. A la exposición donde el consejero de Educación, Genaro Alonso, volvió a remitir ayer la competencia de la decisión a la Universidad, Llamazares replicó con un amago de carcajada: se trata, dice, de que el Principado haga con el grado de Deporte lo mismo que hizo con el de Ingeniería de Organización Industrial, al que recientemente aspiraba Gijón. Ahí, recuerda, el Gobierno "sí tuvo opinión. También tiene que emitir informe sobre esto".

"Un reflejo de partido"

Su resistencia sólo tiene una explicación a los ojos de Llamazares, e insinúa los rescoldos de un resentimiento político. "Desde que el PSOE perdió el Ayuntamiento de Mieres", apunta, las decisiones del Principado sobre el municipio responden a "un reflejo de partido más que de Gobierno". Y es "por falta de liderazgo y de proyecto político", subraya, que ahora "está en cuestión " un proyecto que IU ha considerado siempre "estratégico". Pero si el Principado apuesta expresamente por construirlo desde la voluntariedad y el protagonismo de los municipios, añade, "no puede ofenderlos. Debe satisfacer las aspiraciones legítimas de los ayuntamientos, y ésta lo es".

Para que se le viera su "preocupación", IU llevó ayer al pleno de control de la Junta una pregunta por el futuro del grado que Genaro Alonso respondió tirando del manual, parapetando al Gobierno tras el respeto a "la autonomía de la Universidad". La solicitud del grado compete, explicó, a la institución académica, y además en la petición que remita al Principado debe constar expresamente "la propuesta de emplazamiento del centro correspondiente". "No puedo ni quiero", enfatizó Alonso, "vulnerar la autonomía universitaria".

Mientras tanto, el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, huye de localismos y marca tiempos y competencias. El grado del Deporte está en el "horno", perfilándose en lo académico, y en esa cocina manda la Universidad, "pero en estos momentos su futura ubicación es algo secundario", señaló ayer. Cuando la estructura de estudios del grado esté decidida, la implantación de la titulación deberá ser aprobada por el Principado y, en última instancia, por la Administración central. La Universidad deberá evaluar la demanda presente y futura de estos estudios antes de abrir la ventanilla de la matrícula.

El alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, arremetió anteayer en un acto público y en presencia del propio García Granda contra la Universidad y el Principado. Vázquez da por hecho, a la luz de sus declaraciones, que la candidatura del campus de Mieres tiene muy escasas probabilidades de éxito. Pero todo está en el aire. La Universidad valora y mucho las instalaciones del campus de Barredo y admite cierto grado de infrautilización. García Granda asume que en su momento será la Universidad la que tome la decisión de elegir la sede idónea. "Nos corresponde hacerlo", afirma. Una decisión que dejará damnificados, pero eso forma parte de las responsabilidades de poder.