Un mes de primavera y ya hizo de todo. El hombre (o la mujer) del tiempo que todos llevamos dentro nos dicen que nada como la estación primaveral para que la meteorología se vuelva atípica e ilógica. Así está siendo este año, a la espera de los próximos dos meses.
Treinta días en los que en Asturias nevó, llovió, hubo tormentas e inundaciones, un par de fuertes temporales marítimos, los termómetros ya se acercaron en alguna jornada a los 29 grados y los más madrugadores ya se enfundaron el bañador y se acercaron a las playas. Por el medio una Semana Santa en la que los pronósticos meteorológicos eran más bien negros y, un año más, el mal tiempo anunciado se quedó en nubes y claros.
A pesar de esta última semana en la que hubo sol y temperaturas cálidas, el inicio de la primavera en Asturias registra niveles de precipitación por encima de la media. Prácticamente los últimos diez días de marzo estuvieron pasados por agua. En algunos lugares y en determinados días, más que lluvia fue diluvio.
En ese tiempo en Oviedo cayeron unos 130 litros por metro cuadrado. En el fin de semana del 24 y 25 de marzo el paso de la superborrasca "Hugo" dejó a Asturias en estado de alerta (unos 85 litros en Piloña en esas cuarenta y ocho horas), 75 en la capital asturiana y 70 en Amieva y Cabrales, entre otros registros significativos.
El sábado 24 se produjeron los daños en el espigón del puerto de Cudillero. Olas de hasta once metros de altura y vientos que, no muy lejos de allí, alcanzaron los 135 kilómetros por hora en el Cabo Busto, propiciaron las alertas, que mantuvieron en casa a toda la flota pesquera asturiana. En ese fin de semana las nevadas obligaron, entre otras carreteras, a cerrar la que une el santuario de Covadonga y los Lagos.
La crecida de los ríos provocó inundaciones y daños en viviendas, garajes y ganaderías. Los concejos de Siero, Oviedo, Parres y Villaviciosa fueron los más afectados y dio lugar a reclamaciones municipales en días posteriores. La crecida del río Nora fue espectacular.
Tras "Hugo", que atravesó Asturias con fuerza y mala intención, la meteorología se volvió amable, pero sólo por unos días. Sol al inicio de la última semana del mes de marzo, y tiempo inestable durante la Semana Santa, con temperaturas agradables y lluvias intermitentes que obligó a suspender algunas de las más representativas procesiones religiosas. El sol volvió a aparecer el sábado y el domingo, y las precipitaciones retornaron en la primera semana de abril.
El día 3 de forma especial. En una sola jornada cayeron sobre Taramundi casi 26 litros por metro cuadrado, pero llovió en casi toda la región, y de forma generalizada e intensa en todo el Occidente astur.
Las lluvias dejaron paso al segundo temporal marítimo de la primavera, por fortuna con muchos menos daños que el de días anteriores.
Las temperaturas comenzaron a subir a partir del día 14. El pasado martes Pola de Somiedo superó ya los 25 grados. Al día siguiente Pola de Lena registró la temperatura que hasta el momento es el récord asturiano de la primavera, con 28,4. El jueves los termómetros llegaron a los 27,4, también en Lena, y anteayer, sábado, Piloña rozó los 27.
Las temperaturas volvieron ayer a la lógica primaveral, con una máxima regional de 23,4 grados en Amieva. En la costa, de nuevo las nieblas condicionaron los termómetros. En ninguna localidad del litoral asturiano se alcanzaron los veinte grados.
Para hoy la Agencia Estatal de Meteorología prevé cielos nubosos o cubiertos con probabilidad de extensas zonas de niebla matinales en los valles del interior. En zonas de la Cordillera, los cielos estarán poco nubosos. Temperaturas en descenso y viento flojo.
