La Ciencia debe salir del ámbito académico y acercarse a los parlamentos donde se toman las decisiones políticas. Investigadores de universidades de España e Iberoamérica reivindicaron ayer en Oviedo la necesidad de "aproximar y abrir la Ciencia a la opinión pública" así como la importancia de recuperar la faceta social de la Ingeniería. "Vivimos en una sociedad digitalizada pero muy poco crítica respecto a cómo se hace la tecnología", aseveró Raúl Carbajal, investigador del departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo, quien expuso en la última sesión del Foro Iberoamericano Ingeniería y Sociedad Digital el proyecto "Del ágora pública a las redes sociales: por una ciencia y una democracia sin exclusión". Según Carbajal, "la cultura científica tiene que estar con los ciudadanos" y para ello "hace falta que los científicos vayan al Parlamento", recalcó.

En su relato de experiencias, los profesores Carlos Osorio, Ana García Laso, Santiago Cáceres, y Carmelo Polino aludieron a un contexto dónde los jóvenes se están formando en capacidades todavía en desarrollo en la industria. "Debemos evitar el sonambulismo tecnológico", señaló Polino, profesor de Sociología en Oviedo, para referirse a la necesidad de alcanzar un mayor control de la tecnología. Ana G. Laso, docente en la Politécnica de Madrid, sugiere que la Universidad se convierta en "laboratorio de responsabilidad social. La tecnología, junto con el progreso científico es una de las principales fuerzas que mueve el desarrollo humano". En su Facultad cuentan con un proyecto en el que los alumnos veteranos ejercen de mentores de los recién llegados.

Santiago Cáceres, profesor de Tecnología Electrónica en la Universidad de Valladolid, habló de ingeniería social y reclamó un análisis del impacto de la tecnología en su entorno más inmediato. "El mercado laboral no es el único destino de los ingenieros", subrayó Carlos Osorio, de la Universidad del Valle (Colombia), "conviene ver cómo la ingeniería afecta a las necesidades de las personas". Enseñar responsabilidad social a los futuros tecnólogos fue la propuesta lanzada por Miriam Costas y María Egozcue.