A los pequeños se les coge cariño y no fue fácil para Pilar separarse de Themba, de aquel pequeño que ya se hacía mayor pero que necesitaba niños para jugar y una familia que ocupase el vacío que dejaron la muerte de su madre y la ausencia de su abuela. "Cuando las hermanas lo trajeron al hospital, nos dedicamos a cuidarle, pero se hizo mayor y necesitaba niños para jugar. Ahora vive feliz junto a sus hermanos", relata la hermana asturiana. Themba ya tiene 10 años. Nadie debe extrañarse si le escucha cantar en un perfecto castellano el himno de Asturias, fue la canción que le acompañó durante su recuperación, y ahora sigue entonándola, alegre con su familia de acogida. "La vida se hace bella cuando nos damos. Cuando regrese a España, seguiré el misionado. Quiero compartir este regalo de vida, para que la gente no se quede sólo mirándose a sí misma y sepamos todos dar un paso hacia el otro, hacia ese hermano que por circunstancias ha venido a nuestro país y hay que acogerlo", afirma Pilar Boves, que piensa seguir haciendo terapia con la música, con la que ella más siente, la que sale de su tierra y de su alma.
