El misterio que rodea la muerte de la joven letona Megija Bogdanovica, conocida como Maggie no deja de crecer. Esta joven de 20 años hallada muerta el pasado lunes en una casa de la aldea semiabandonada de Eros, en Quirós, falleció tras ingerir hojas de tejo, conocido como el "árbol de la muerte". Por lo que comentan sus vecinos, la joven tenía mucho interés por este árbol y había preguntado por sus propiedades. Maggie aseguraba que su abuela solía tomar infusiones de sus hojas. "Ni se te ocurra hacerlo", le dijeron los vecinos, "es muy venenoso".

La joven se había instalado en casa de un matrimonio danés que tienen otra propiedad en esta misma aldea quirosana. Y allí se encargaba de cuidarles la casa y de pasear a sus perros. La pareja había pasado todo el invierno en una tienda de campaña que instalaron en el prado de la casa. Al parecer, tenían la intención de restaurar la vivienda, que aún está medio en ruinas, donde apareció el cadáver de la joven letona.

Los vecinos del pueblo tienen la sensación de que Maggie era una chica "tímida", y les había extrañado verla paseando por el pueblo descalza, tres días antes de morir. Siempre con su mochila a cuestas, pantalones anchos y el pelo despeinado, solía bajar a Salcedo paseando con los perros del matrimonio danés. De pocas palabras, la joven no conocía el castellano y se comunicaba en inglés con los quirosanos a duras penas.

Llama la atención que Maggie ingiriese hojas de tejo, ya que se encontraba cursando segundo de Medicina en la Universidad Stradins de Riga y se da por hecho que conocía que las hojas de este árbol son muy venenosas. No está claro si la joven pretendía quitarse la vida.

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