El cuerpo de Megija Bogdanivoca, Maggie, la joven de 20 años que fue hallada muerta el pasado lunes en una casa de la aldea de Eros (Quirós), y cuya autopsia reveló que había muerto por ingerir hojas de texu, continúa en el Instituto de Medicina Legal a la espera de que llegue su familia. Según las distintas fuentes consultadas, la previsión es que se opte por la incineración, para facilitar el traslado a su país de origen.

Maggie había llegado a Eros a mediados del mes de abril, donde cuidaba la casa y los perros de unos vecinos daneses que se habían trasladado a Barcelona para que la mujer diera a luz a su segundo hijo. La joven letona no hablaba español y con quien mejor se entendía era con Ana, una chica londinense que reside en el mismo pueblo y con la que se comunicaba en inglés. Fue ella precisamente la que encontró el cadáver.

Los vecinos relataron que Maggie, estudiante de segundo de Medicina en la Universidad Stradins de Riga, les había preguntado por las propiedades del texu, y que les había contado que su abuela solía tomar infusiones de esta hierba. Pero ellos le habían advertido que ni se le ocurriera hacerlo porque se trata de un árbol muy venenoso.

Las pruebas de la autopsia revelaron, sin embargo, que Maggie había fallecido por ingestión de hojas de texu, y se especula que haya sido posiblemente en infusión. Al parecer, Ana, la joven londinense, fue la que encontró el cadáver dentro de la casa de la familia danesa, y alrededor del cuerpo había numerosas hojas de texu.

Las fuentes consultadas indicaron que los investigadores se pusieron en contacto con la familia, que habría preguntado si la muerte de la joven se debía a un suicidio, sin que hasta el momento haya trascendido la razón de esa pregunta. También indicaron que se les informó de los trámites a seguir para poder trasladar el cuerpo a su país de origen.

Otras fuentes señalaron que la familia no había concretado cuándo ni quién viajaría a España, aunque se confía en que pueda ser la próxima semana. Y es que es necesario que, entre la documentación a tramitar, den también permiso para incinerar el cuerpo, que es lo que se prevé que vayan a consentir porque eso facilitaría enormemente el traslado. Y es que la urna en la que se guardan las cenizas se puede llevar en cualquier bolsa de viaje, y sólo es necesario presentar la documentación en el país al que se viaja. Pero si lo que se pretende es trasladar el cuerpo, los trámites de repatriación son mucho más largos y complejos.

La intoxicación por texu es muy rara, aunque a lo largo de la historia se han registrado más casos de envenenamiento, fundamentalmente en suicidios. La bibliografía médica también recoge casos en distintas partes del mundo, incluido en Asturias. El último que se conoce es de dos hermanos del Occidente en 1998, que resultaron intoxicados de manera accidental y se salvaron aunque sufrieron terribles alucinaciones y trastornos. La creencia popular ya advierte de que el texu es tan tóxico que sólo dormir a su sombra puede llevar a la locura e incluso a la muerte.