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Una familia numerosa... de tres críos

Sara Guas, luarquesa, eligió Boal, la tierra de su marido, para ver crecer en libertad a sus hijos Celia, Lorena y Olivier

Sara, Rober y sus tres pequeños, Celia, Lorena y Olivier. RAQUEL MURIAS

Hace setenta años tener tres hijos era un caso singular, por la cortedad de la familia. Hoy, tres hijos dan derecho a entrar en las estadísticas de familia numerosa porque para muchas parejas tres de descendencia son un muro insuperable.

Sara Guas, 34 años, hace memoria y asegura: "Yo no conozco a ninguna familia en Boal con tres hijos". Ella y su marido, Roberto Núñez, de 37, tienen a Celia (7 años), Lorena, de tres, y Olivier, de un año. Les gustaría tener más pero "da un poco de respeto porque no hay ayudas. Las familias numerosas somos las grandes olvidadas".

El matrimonio recorrió mundo. Primero en Mérida y Jerez, después Brujas (Bélgica) y Oviedo, antes de recalar en Boal, de donde es natural Rober. Sara, luarquesa, siente que en el Occidente asturiano ha encontrado el lugar idílico para que sus hijos crezcan.

"Llevamos en Boal un año, mi marido es electricista y encontró trabajo en Viesgo, en Arbón. Nos salió la oportunidad de venirnos y esto es genial", dice Sara Guas.

Ella creció en una familia de tres hermanos, su marido en otra de cinco. Casos que ya apenas se dan "porque vivimos un tiempo en que parece que es una cosa muy rara esto de tener hijos".

Forman parte de la Asociación de Familias Numerosas del Principado de Asturias (AFNA), una entidad integrada en la Federación Nacional. Hay familias numerosas especiales, con cinco hijos o más, y familias numerosas generales. En muchos casos la presencia de tan solo dos hijos también da derecho a la pertenencia a la Asociación si concurren otras circunstancias, como por ejemplo algún grado de discapacidad en hijos o progenitores. AFNA tiene unos 480 socios activos que responden al lema "que ser más cueste menos".

Boal es un buen lugar para tener una prole amplia. Sara y Rober acondicionaron una casa familiar "con huerta y gallinas" en la casería de Llaviada, a un kilómetro y medio de la capital del concejo.

Café y biberón

El lujo también está en la escuela: "Las niñas tienen siete u ocho compañeros en clase, la atención individualizada es enorme y ellas vienen de la escuela encantadas y emocionadas". Celia y Lorena son recogidas por el transporte escolar hacia el colegio público, almuerzan en el comedor escolar y vuelven a las cinco menos cuarto. Por la tarde, cuando el tiempo lo permite, hay juegos en el parque. De regreso a casa, mandan los deberes y a cenar y para la cama. "Cuando los veo dormidos, la verdad es que respiro", dice la valdesana Sara Guas.

Existen en España más de 600.000 familias numerosas, pero de ellas, cerca de 450.000 (en torno al 70%) se componen de "solo" tres hijos. Un diez por ciento de las familias numerosas (unas 60.000) acreditan cinco o más hijos. Disfrutan de ayudas, beneficios o deducciones fiscales pero en mucha menor medida que en la mayoría de los países socios de la Unión Europea.

En Boal no hay escuela de primer ciclo de Infantil, para niños hasta tres años, así que Olivier, el benjamín por el momento de la familia Núñez Guas, crece en casa. Esas escuelas, denominadas para resumir de 0 a 3, se abren a petición de los ayuntamientos. Hay muchos concejos en Asturias sin escuela de primer ciclo simplemente porque no hay niños suficientes para mantenerlas.

Sara explica su vida diaria, desde que se levanta a eso de las siete de la mañana. "A veces me tomo el café a solas pero es raro que alguno de los críos no se despierte. A veces hay que hacer coincidir el café y el biberón. Hay mucho que hacer porque nosotros no podemos contar con la ayuda de nuestros padres. El día se me pasa volando".

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