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Una investigación judicial que enfrenta a la clase médica

El exjefe de Cirugía Cardiaca defiende que había compresas en el fallecido del HUCA

Las gasas pudieron causar la infección y taponar la aorta, sostiene José María Valle

José María Valle. LUISMA MURIAS

Un informe pericial del antiguo jefe de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), José María Valle, es una de las bazas presentadas ante la jueza por la defensa de uno de los médicos investigados por la muerte de un paciente en cuya cavidad torácica fueron halladas dos compresas. El dictamen elaborado por el doctor Valle sostiene que es verosímil la versión del citado cirujano, autor de la segunda operación a la que fue sometido el ovetense J. L. G. R., de 44 años. Tanto este cirujano investigado como los tres miembros del equipo que le acompañaban en la segunda intervención -un anestesista, un enfermero y una enfermera instrumentista- afirmaron ante la magistrada que al abrir al enfermo se encontraron junto al corazón dos compresas.

La titular del Juzgado de Instrucción 1 de Oviedo, Marta Iglesias López, está tomando declaración a los profesionales sanitarios del complejo sanitario ovetense implicados en la atención a J. L. G. R. tras la denuncia penal presentada por la familia del fallecido. El enfermo falleció en el quirófano de modo fulminante desgarrársele la arteria aorta. Las compresas de uso quirúrgico son empleadas a menudo para contener hemorragias.

Según el testimonio del equipo de la segunda operación, las compresas halladas junto al corazón se habrían infectado y formado un coágulo, y serían la causa última del fatal desenlace. Esta versión implica volcar la responsabilidad en el equipo que había practicado la primera intervención del paciente. El hombre murió desangrado el pasado 2 de enero. Previamente, el 11 de diciembre, había sido operado para sustituirle la válvula aórtica. Las dos intervenciones fueron llevadas a cabo por equipos distintos. José María Valle, jubilado del HUCA en 2008, no llegó a trabajar con ninguno de los dos cirujanos investigados.

Compresas destruidas

La versión del segundo equipo es negada por dos radiólogos del HUCA, que ante la jueza descartaron de forma tajante que se vean las compresas en las pruebas realizadas al paciente entre una operación y otra. Esta tesis corrobora la defendida por un informe interno del Hospital Central, que sí admite un posible error por no haber detectado un pseudoaneurisma en el examen de las imágenes diagnósticas. Ese pseudoaneurisma "probablemente de origen infeccioso, originado por un hongo" fue el causante de la muerte, añade el citado informe.

Radicalmente opuesta es la versión del segundo equipo, avalada ahora por José María Valle y otros cuatro peritos que han presentado informes periciales solicitados por la defensa del cirujano de este segundo equipo. Dos de estos peritos son asturianos, y los otros tres provienen de Madrid, Murcia y el País Vasco. Dos de ellos son cirujanos cardiacos, y los otros son especialistas, respectivamente, en radiología, anatomía y microbiología.

Además de otorgar credibilidad al testimonio del segundo equipo acerca de las compresas, estos peritos cuestionan algunos aspectos del manejo del paciente en el HUCA, lo que equivale de nuevo a descargar de responsabilidad al cirujano que efectuó la segunda intervención y a apuntar hacia el cirujano de la primera. José María Valle reprocha que al enfermo se le dio el alta de forma prematura y censura que en la comisión de investigación del HUCA no hubiera ningún cirujano cardiaco.

Un factor muy criticado por estos peritos es que se hayan destruido las compresas cuando se sabía que el asunto iba a ser objeto de investigación y que, por consiguiente, podían convertirse en una prueba decisiva. Valle defiende que las compresas podían estar allí cumpliendo una doble función: por una parte, originando la infección; por otra, taponando la aorta y evitando que la hemorragia se hubiera desencadenado antes.

La defensa del segundo cirujano también ha presentado a la jueza una serie de artículos científicos que vendrían a respaldar la posibilidad de que en el corazón del paciente hubiera compresas y no fuera posible verlas. ¿La causa? Que el hongo pudo degradar la banda azul conformada por un hilo de contraste que permite verlas incluso mediante una radiografía simple.

La jueza también dispondrá de la autopsia realizada al fallecido y de una serie de fotografías y un vídeo tomados por el equipo de la segunda intervención. Con todos esos elementos, deberá decidir si archiva la denuncia o se abre juicio oral.

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