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Me quedo en el pueblo | Ceceda

La parte dulce del campo

Elvira Rodríguez dejó la profesión de controladora lechera para ponerse al frente de su empresa de repostería artesanal en una parroquia de Nava

Elvira Rodríguez, en el exterior de su casa, con algunas de las modalidades de galletas artesanas que elabora en Fresnadiello, en Ceceda. ANA PAZ PAREDES

La delicadeza de sus galletas, la forma que eligió para ofrecerlas y el modo en el que las presenta definen en parte la personalidad de su creadora, Elvira Rodríguez González, una mujer sosegada y segura de sí misma, con un profundo amor por el lugar en el que vive pero también por las cosas bien hechas. Un día decidió convertirse en emprendedora rural y sacar adelante un proyecto para el que se preparó largo tiempo. Y teniendo en cuenta que su lugar, como el de su marido, siempre ha estado en el campo.

"Viví con mis padres y abuelos en el pueblo de Viobes (Nava). Todos ganaderos de leche. Yo quise estudiar Veterinaria, pero no acabé, y durante mucho tiempo trabajé como controladora lechera para una cooperativa", recuerda Elvira en el obrador que ha habilitado en su casa en Fresnadiello, un barrio del pueblo de Ceceda, también en Nava, donde ha puesto en marcha su producción artesanal de galletas Capiquera, nombre con el que ha bautizado su producto y con el que honra a sus abuelos maternos, pues así se llamaba su casa en el concejo de Valdés.

Siempre le gustaron la cocina y la repostería. Afirma que sobre ello tiene en casa más de cien libros y, además, ha tenido en su madre y en sus tías a las mejores maestras. Un buen día decidió emprender donde vive en aquello que siempre le gustó, y antes de lanzar su producto al mercado observó qué es lo que se demandaba en él. Así nacieron sus pequeñas galletas en forma de manzanas, a las que no faltan ni su tallo ni su hoja y con las que ha empezado a ganarse una clientela fiel y seguidora de su labor artesanal. "Los ingredientes son de primera calidad y la receta, que yo evolucioné, es tradicional: mantequilla, aceite, azúcar, harina... No tengo una gran producción porque pretendo que sea un producto de calidad, hecho con mimo, una a una y con ingredientes de primera calidad. Tienen que mostrar lo que yo disfruto haciéndolas y así llegan a la gente", dice.

Actualmente también elabora galletas con chocolate y otras con miel y especias. Metida en harina, esta emprendedora rural también elabora, por encargo, "empanadas, roscón de Pascua, tartas de cumpleaños, casadielles, boroñas o cruasanes de mantequilla, entre otras cosas", recuerda. Al tiempo, afirma que dejó definitivamente hace un año el oficio que ejerció durante al menos veinte años, como controladora lechera.

Está agradecida a quienes la asesoraron como emprendedora. "Marta, de Valnalón, me ayudó mucho. También estoy muy agradecida al Ayuntamiento de Nava y a la veterinaria, si bien es verdad que si alguna vez tuve dudas sobre si había hecho bien empezando con esto fue cuando tuve que enfrentarme a tanto papeleo".

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