En los diez últimos años, ha pasado en el hospital casi la tercera parte del tiempo. Un vecino de Pravia llevará a los tribunales al Servicio de Salud del Principado (Sespa) por lo que considera "una asistencia médica deficiente". Debido a las complicaciones derivadas del implante de una prótesis de cadera, y a causa de una infección, el paciente subraya que, hasta la fecha, ha tenido que entrar en el quirófano "casi 30 veces". La denuncia de David González Camporro se refiere a la atención recibida en el Hospital San Agustín, de Avilés, cuyos responsables achacan lo sucedido a "complicaciones descritas y posibles en una cirugía de cadera". Ahora, el paciente lleva cuatro meses ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde, a su juicio, "por fin están solucionando la situación".
"Todo empezó con un problema en la pierna. Tuvieron que operarme por vez primera en el Hospital San Agustín en 2008", explica el paciente, de 47 años, camionero jubilado a causa de sus prolongados problemas de salud. Le pusieron una prótesis de cadera que desde el primer momento le causó trastornos. "Caminaba unos metros y la pierna se me salía. Tuve que volver ingresar como doce veces. Me bajaban a quirófano, me la recolocaban, me tenían varios días hospitalizado...", relata.
Ya por entonces contrajo "una infección en quirófano muy gorda". Otro largo ingreso. "Cada veinte días me bajaban al quirófano y me limpiaban la herida. Al final, consiguieron erradicar el virus, y yo había logrado cierta calidad de vida".
El segundo capítulo, que aún no ha concluido, comenzó con un accidente de coche hace cinco años. "Vinieron la policía y el SAMU, tuvieron que excarcelarme los bomberos", indica. "Se me había roto una pieza de la cabeza femoral. Me ingresaron en el San Agustín para poner esa pieza, pero algo falló y, además, surgió otra infección. Estuve casi dos años yendo a curarme, hasta que se enquistó. Decidieron quitarme la prótesis y ponerme un espaciador", afirma.
Parecía que llegaba una tregua, pero de inmediato supo que no sería así: "Del quirófano me llevaron a la UCI, y cuando me di cuenta estaba lleno de sangre. Al moverme de un lado a otro, habían partido el espaciador". Este incidente provocó otra larga temporada en el hospital. A continuación, "de tanto recolocarme una pierna, me rompieron una vena. Salía la sangre a chorros". Además, la infección contraída años atrás no había cedido. En algunas temporadas necesitó "morfina a dosis enormes".
Traslado al HUCA
En febrero de 2017 le trasladaron al HUCA, donde suma dos estancias: una de cinco meses y la actual, de cuatro meses: "Ahora parece que la infección está cortada, pero no tengo prótesis. Van a intentar reconstruirme la cadera e intentar colocarme una prótesis. Llevo casi 30 operaciones, entre recolocaciones, limpiezas, cambiar la prótesis...".
El caso de David González está siendo llevado por el abogado Manuel Serrano, del despacho de José Carlos Botas, quien sostiene que se trata de "una deficiente asistencia médica" por la que, una vez que se determine "el alcance de los daños y secuelas", presentará una reclamación al Sespa y, en caso de ser rechazada, una demanda de responsabilidad patrimonial ante la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Asturias.
Fuentes del Hospital San Agustín subrayaron, en alusión a este caso, que "la aparición de infecciones y de lesiones vasculares son complicaciones descritas y posibles en una cirugía de cadera". Asimismo, destacaron que David González fue sometido en todo momento a "un seguimiento estrecho" por parte del servicio de Traumatología, y que recibió "tratamientos antibióticos extensos y variados para los procesos infecciosos".
