"Crítica interna no hay ninguna". Adrián Barbón no dejará que termine el enunciado de la pregunta. "La crítica tuvo un espacio para plasmarse en una candidatura alternativa y parece que no hay ninguna". El secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) y próximo aspirante a la presidencia del Principado, volvió a exhibir ayer su victoria dando por definitivamente vencidas todas las resistencias en el interior de la organización e interpretando como un aval la inexistencia de un sector disidente capaz de organizarse para proponer en las primarias una opción diferente a la suya. Su precandidatura sin oponente "es un mensaje potente que la FSA manda a la ciudadanía asturiana", una señal de que "estamos apostando por la estabilidad del proyecto" y una sentencia que "viene a reafirmar que hicimos lo correcto".

En Oviedo, al día siguiente de la oficialización de Barbón como el nombre del cartel electoral del PSOE para las autonómicas de 2019, escoltado el aspirante por la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, el mensaje del sector oficialista da por hecho, también en la voz de la número dos de la ejecutiva federal, que "nadie cuestionó la figura de Adrián Barbón como secretario general y nadie lo cuestiona ahora como candidato". Todo está cerrado a sus ojos. También las "polémicas estériles y ficticias", porque "cuando Adrián Barbón ganó la secretaría general de manera incontestable, todo el partido empezó a cerrar filas en torno a él, sin perjuicio de que, sí, "había algunos compañeros que tenían discrepancias", divergencias que son "legítimas en un partido vivo y plural", pero que no restan legitimidad ni al líder orgánico ni al candidato a presidente. Y ahora que ambas categorías confluyen en Barbón lo que toca, sigue Lastra, "es que todos nos pongamos a organizar conjuntamente ese proyecto político que parte del congreso de la FSA".

Con las mismas, inaugurando la precampaña, interpreta con "orgullo que la derecha se ponga nerviosa" y repita que se prepara un tripartito de izquierdas en Asturias con PSOE, IU y Podemos y vuelve a invitar a construir "un programa de gobierno realista y creíble, pero con ambición".