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Un asturiano, en el equipo canadiense que ha logrado convertir el CO2 en plástico

El proceso demostrado por el grupo del ingeniero y experto en fotónica Pelayo García de Arquer abre vías al aprovechamiento de las renovables

Sobre estas líneas, el grupo de investigación de la Universidad de Toronto. U. TORONTO

"Esto nunca se ha hecho antes", destaca el investigador asturiano Pelayo García de Arquer. Su grupo de investigación en la Universidad de Toronto -a donde se desplazó hace tres años- ha identificado las condiciones para convertir CO2 en etileno de manera más eficiente, abriendo el camino para reciclar este gas de efecto invernadero en otros materiales como plásticos y fueles. En un momento en que la producción de dióxido de carbono se encuentra en niveles récord, la conversión electroquímica de CO2 en otros productos con valor añadido, es una solución muy atractiva, apunta el joven investigador.

En el corazón de este trabajo está la conversión electroquímica del dióxido de carbono en otros químicos mediante el uso de una corriente eléctrica y una reacción, ayudados por un catalizador. El material obtenido se emplea para fabricar etileno, el plástico más utilizado en la actualidad, cuya producción mundial anual ronda los 80 millones de toneladas.

García de Arquer trabaja como investigador postdoctoral en Toronto. Estudió Ingeniería de Telecomunicación en Gijón y Ciencias Matemáticas por la UNED. Después de otro máster en la Universidad Politécnica de Cataluña, cursó el doctorado en el Instituto de Ciencias Fotónicas en Castelldefels (ICFO). Estos tres años en el grupo liderado por Ted Sargent asegura que le han reportado una fructífera experiencia en lo profesional. "Estoy aprendiendo mucho, es muy enriquecedor", subraya ante la oportunidad de estar en primera línea en el desarrollo de nuevas soluciones para el almacenamiento de energía. "Es importante", dice García de Arquer de la investigación que acaba de ver la luz en "Science", "para asimilar el crecimiento imparable de fuentes de energía renovables, altamente intermitentes por naturaleza". Y añade que la prioridad es usar tanto electricidad renovable como cualquier otro producto útil para la sociedad.

La investigación desarrollada en Toronto contempla una solución atractiva ante la excesiva emisión de CO2 a la atmósfera. Entre sus méritos, han logrado aumentar más de 15 veces la estabilidad de la conversión electroquímica de CO2. La investigación favorece así una mayor selectividad y eficiencia energética en la transformación del dióxido de carbono en etileno, alcanzando niveles de productividad compatibles con su uso industrial.

Generar valor de residuos

En un futuro lleno de tecnologías que generan valor a partir de los residuos, para García de Arquer resulta emocionante poder plantear nuevas formas de satisfacer las demandas de energía del futuro. Su grupo ha resultado finalista en el certamen Carbon XPrize, una competición escala mundial donde están en juego 20 millones de dólares para el equipo que supere el reto de transformar 2 toneladas de dióxido de carbono diarias de una planta real de una forma económicamene viable. El joven celebra la oportunidad de compartir este tipo de desafíos con un equipo muy transversal, de gente con mucho talento que ofrece soluciones creativas a problemas complejos. Además, destaca el apoyo del gobierno de Canadá a la investigación, que añade la cantidad que permite, entre otros, llegar a duplicar la inversión de empresas en proyectos de investigación en la Universidad: "Esto facilita que nuestros avances científicos puedan llegar llegue a la gente".

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