El director del Real Institutos de Estudios Asturianos (RIDEA), Ramón Rodríguez, envió ayer una auténtica señal de socorro en relación con la situación económica del Instituto. Lo hizo en el acto de toma de posesión para un nuevo mandato al frente de la entidad, y lo apoyó con datos: el último ejercicio en el que creció el presupuesto del RIDEA fue el de 2012. Ya llovió.

"El problema ha llegado hasta límites insostenibles en los últimos dos años. El presupuesto, ya exiguo, se ha visto recortado en un 25 por ciento, cantidad que supone, digámoslo claramente, una disminución tan brutal que nos deja sin capacidad de acción en muchas de nuestras actividades", denunció Ramón Rodríguez, quien agradeció "la sensibilidad del consejero" (el de Educación y Cultura) por la habilitación de créditos de 40.000 euros "que nos han permitido proseguir con nuestro trabajo en 2017 y 2018".

Remanentes que acaban

Fueron créditos a partir de los remanentes de tesorería "pero nuestros remanentes se están agotando y dudo mucho que en 2019 podamos recurrir de nuevo a esta estrategia".

La reducción en euros ha coincidido con una época de actividad creciente en el RIDEA, consecuencia de uno de los principales objetivos programáticos de Rodríguez: abrir la institución a la sociedad. Pero eso cuesta dinero, aunque muchas líneas de actividad sigan descansando en el más puro voluntarismo.

Ramón Rodríguez confía en que "los próximos presupuestos sean los que marquen el inicio de un tiempo en el que se haga justicia con nuestra institución... para salir del terrible estado de postración económica en el que vivimos".

El director del RIDEA dio su particular homenaje a quienes le precedieron en el cargo, el recordado Juan Ignacio Ruiz de la Peña, y el bibliógrafo José Luis Pérez de Castro.