El mundo se paró en Huerres (Colunga) hace veinte años, el 4 de mayo de 1998. Una explosión en una fábrica de pirotecnia similar a la que ahora ha sacudido la localidad gallega de Tui Tui sembró la tragedia en una población de apenas 100 habitantes. La deflagración se llevó cinco vidas, destruyó siete naves y se escuchó a más de 10 kilómetros de distancia. Ahora la tragedia se repite, por desgracia, también en un mes de mayo, pero veinte años después

En Colunga, la explosión hizo que las naves saltaran literalmente por los aires y le costó la vida a cinco personas, cuatro de ellas de la familia propietaria de la fábrica (Jose Luis Devita Alonso; sus hijos, José Miguel y Jorge Devita Azcano, y su yerno Jose Alberto Vidal Cuesta) y la otra a una empleada (Alexia Toyos Bada). A su vez, resultó herido de gravedad Alfonso Devita, también familia de los dueños del negocio, que fue evacuado en helicóptero al Hospital Central de Oviedo.

La detonación fue tan tremenda que las naves, en las que habitualmente trabajaban doce personas, prácticamente desaparecieron del mapa. Los restos quedaron esparcidos en un radio de cien metros. El suceso se produjo a las cuatro menos veinte de la tarde y poco después ya se habían apelotonado en las inmediaciones del lugar los vecinos de un pueblo que no daba crédito a lo sucedido.