Un accidente a 7.850 metros de altura, en plena zona de la muerte, es la mayor pesadilla que pueda imaginar un alpinista. Es lo que le ocurrió al gijonés Francisco Borja, cabo primero del Grupo Militar de Alta Montaña de Jaca, que el 25 de julio de 2006 rodó 150 metros por una ladera helada del Gasherbrum II, o G2, después de coronar este ochomil del Karakorum junto a otros tres miembros de una expedición cívico-militar aragonesa.

Lo que a continuación ocurrió fue una operación de rescate al límite, que obligó a Borja y a otros dos militares, el hoy coronel Alberto Ayora y el comandante Fernando Yarto, a pasar una noche a temperaturas bajísimas que a punto estuvo de costarles la vida. Los miembros de aquella expedición aseguran que el flamante Premio "Princesa de Asturias" de Deportes, Krzystof Wielicki, les denegó la ayuda que necesitaban pese a tener a varios miembros de su expedición en la misma zona que el gijonés accidentado.

"Los polacos nos dejaron el material que necesitábamos, pero hasta ahí. Wielicki no nos prestó la ayuda que nos hubiese gustado", aseguró ayer uno de los participantes en aquella expedición, Javier Dumall, del Club Pirineístico Mayencos de Jaca. "A Wielicki lo tenía muy idealizado. En aquel momento, coincidiendo con 50º aniversario de la ascensión al Gasherbrum, el polaco estaba intentando el último ochomil que le faltaba. Ahora tengo otro concepto, después de ver cómo funcionaba", indicó Dumall.

"No es justo"

La noticia de la concesión del premio "Princesa de Asturias" a Wielicki le cayó como un tiro, tanto a él como a otros miembros de la expedición, como el coronel Ayora, quien dejó un expresivo tuit: "Pues no. No es justo el #PremiosPrincesadeAsturias para @KrzysztofWielicki. No lo merece quien no movió un dedo para rescatar a uno de mis hombres en el G2". Dumall añadió por su parte: "Messner y Wielicki pertenecen a categorías muy diferentes. Messner es una persona. Tuvo su polémica, cuando le acusaron de dejar morir a su hermano en el Nanga Parbat, pero demostró que no había sido así".

Del "día del Gasherbrum II" no se ha olvidado, toda vez que fue su mayor proeza deportiva. Ayora había llegado a la cumbre, situada a 8.034 metros, al mismo tiempo que Wielicki. En cuestión de hora y media fueron llegando sus otros tres: Yarto, Borja y Dumall. Se trata de una cumbre especialmente difícil y los cuatro celebraron la hazaña en la cumbre, mientras contemplaban extasiados el glaciar Baltoro, el Gasherbrum I, el Broad Peak y el mítico K2, la segunda montaña más alta del planeta y la segunda que ha cosechado más muertes.

Luego vino la bajada, el momento más peligroso, porque se unen el cansancio y las ganas de abandonar la zona de la muerte. Ayora se adelantó con Dumall para bajar hasta el Campo IV, situado a 7.400 metros de altitud. Pero la bajada de Yarto y Borja se complicó después de que éste rodase por la pendiente. Cuando le incorporó Yarto, Borja sufrió un mareo, al haberse lesionado las cervicales.

Ayora, entonces comandante, pidió ayuda en el Campo IV a Wielicki, puesto que dos montañeros de la expedición polaca estaban todavía arriba, a la altura del accidentado. Al parecer, el flamante premio "Princesa de Asturias" habló con sus dos montañeros, que siguieron hacia abajo, sin asistir al gijonés. Y es que, cuando le pidieron ayuda, Wielicki respondió: "Cada expedición tiene que saber rescatar a los suyos, coge de aquí el material que necesites y rescata a tu gente".

Ayora suplicó ayuda al polaco, que sólo le ofreció algo del material que tenía en el Campo IV. Ayora emprendió la macha de nuevo hacia arriba, con una tienda de campaña, un saco de dormir, dos esterillas aislantes y dos cocinas. Logró convencer a un médico de los polacos apelando a su juramento hipocrático. Pero a 7.500 metros de altura decidió volverse.

Frío intensísimo

Ayora logró llegar hasta Borja y Yarto. El gijonés parecía que tenía además un esguince en el tobillo. Pasaron una noche de perros, con un frío paralizante, en plena zona de la muerte. Es "un milagro" que sobreviviesen. A la mañana siguiente emprendieron la bajada, asegurando a Borja, quien en una muestra de coraje, comenzó a moverse por sí mismo. Javier Dumall movilizó al resto del equipo. "Éramos diez en la expedición y nos movilizamos todos para subir medicamentos. Tardamos en bajar tres días, cuando deberíamos haber tardado dos. Nada más llegar al campo base, llegaron para pedir el material que nos habían dejado, que había quedado por la montaña. Se llevaron el nuestro", aseguró.

Fue algo feo. "Empezaron a decir que habían llegado ellos a cumbre primero, nos criticaron diciendo que no estábamos bien aclimatados y que por eso habíamos tenido problemas. Muchas rencillas, mucha competencia, muy lejos de aquella camaradería del alpinismo de antes", se dolió Dumall. Borja se recuperó sin problemas y en 2009 intentó el Lhotse, aunque se accidentó a 600 metros de la cumbre. Luego subiría a otras, como el Makalu o el Cerro Torre, en la Patagonia por la mítica vía Ragni.

"Podría haber terminado bastante mal. Ya sé que es complicado prestar ayuda en esas situaciones cuando vas muy justo con lo tuyo, pero podían habernos prestado a su médico", indicó Dumall. En Asturias, algún montañero ha criticado que se premie a Wielicki junto a Messner: "Messner tiene una trayectoria ya completa y cerrada, y es alguien que se ha preocupado por el medio ambiente y los pueblos amenazados".