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La Asturias que innova

Investigadores de la Universidad crean un sistema para frenar la pérdida de músculo

La profesora Ana Coto idea un medidor portátil que detecta en los mayores los síntomas de flaqueza Una nueva empresa comercializará el invento

Adrián Rubio, Pepe Llana y Ana Coto, en el Centro Europeo de Empresas e Innovación, en Llanera MIKI LÓPEZ

A ciertas edades la pérdida de masa muscular (lo que técnicamente se conoce como sarcopenia) se convierte en un problema de primera magnitud. Todo comienza con síntomas como tener más dificultades para levantarse de la silla y continúa con signos mucho más evidentes que conducen, a veces de forma irremediable, hacia la dependencia. Ana Coto, profesora de Morfología y Biología Celular de la Universidad de Oviedo, que además dirige un grupo de investigación relacionado con temas de envejecimiento, ha ideado un sistema portátil y de fácil manejo para detectar cuándo los mayores están comenzando a mostrar esos síntomas de flaqueza. Para ello se ha apoyado en el grupo de investigadores del centro universitario que ella pilota y en personal con experiencia en el mundo empresarial. Aunque el camino no fue fácil, Coto reconoce que tuvo la idea durante años guardada en un cajón porque no sabía cómo darle impulso.

Hasta ahora la mejor forma de saber si una persona estaba perdiendo masa muscular era mediante autoinformes. Es decir, con test en los que se le preguntaba al paciente si estaba sufriendo alguno de los síntomas más característicos de esta dolencia. Pero Coto encontró una nueva vía. Y así nació Muscle Technology, el nombre que ha tomado ahora este nuevo proyecto empresarial, y que comenzó a fraguarse hace siete años. En aquel momento, Coto consiguió un proyecto de investigación en la Universidad Carlos III en el que poder estudiar directamente con músculos reales. Sacó grandes conclusiones de aquellos experimentos. "Nos dimos cuenta de que personas que eran aparentemente independientes tenían índices de sarcopenia", señala Coto. Es decir, que estaban perdiendo masa muscular. "Esos resultados nos preocuparon porque esos índices iniciales son fáciles de reducir, mediante dieta o ejercicio, pero el que los padecía no se daba cuenta", explica. Pero aún quedaba una vuelta más. Al mismo tiempo que hacía estas averiguaciones, la profesora estaba colaborando con el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) y comprobó cómo se medía la grasa muscular de las vacas con un aparato de unas dimensiones enormes. "Tenían que hacerse en canal con el animal abierto en dos", explica. Entonces, se le encendió la bombilla y trató de hacer algo similar para humanos, pero por encima de la piel, sin ser invasivo. Hicieron pruebas en los laboratorios de la Universidad de Oviedo y resultaron positivas.

"Lo hicimos, pero ahí lo dejé, hablé con alguna empresa, pero me dijeron que lo mejor que hacía era crear una 'start up'", asegura. Pero la profesora era reacia. No se veía montando una compañía. Ahí fue cuando entró en juego Pepe Llana, directivo en la compañía Climastar, y que está también muy involucrado en Muscle Technology, donde se encarga de área de marketing. "Cuando me lo estaba contado ya veía que esto tenía unas amplias posibilidades de desarrollo en campos como el estético o el deportivo", asegura.

El desarrollo y la adaptación del aparato del mundo animal al de los humanos llevaron bastante tiempo. Hubo que cambiar unos cuantos algoritmos. Al final han conseguido un dispositivo de pequeñas dimensiones, como una especie de pistola, que utiliza los infrarrojos para ver a través de la piel humana y comprobar en qué estado están los músculos. "Éste es un producto con vistas internacionales. Por ejemplo, en el mercado americano esto tendría una enorme demanda, o en China...", señala Llana.

También llevó tiempo formar un equipo que hiciera empresa. "Nuestra intención inicial era la de ayudar, no pensábamos en un tema comercial. La visión de la Universidad es muy diferente a la de la empresa", apunta Ana Coto. A lo que Llana añade que el concepto inicial era "inminentemente social". "Esto sigue sin ser lo nuestro", reconoce Coto. Aun así, fueron formando un equipo con diferentes profesionales con experiencia en empresas asturianas.

Ahora ya están a un paso de ver la luz y de sacar el aparato al mercado. De hecho, el desarrollo va tan bien que han adelantado los plazos que tenían para comercializarlo.

El IDEPA, premiado en Europa por el apoyo a empresas emergentes

El Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (IDEPA) ha recibido el premio a la mejor agencia de desarrollo de 2017, un galardón que concede la European Association of Development Agencies (Eurada). Este organismo engloba a las entidades de promoción económica regional que operan en suelo europeo. El jurado ha valorado las buenas prácticas y la orientación innovadora del IDEPA. La entrega del galardón tendrá lugar el próximo 21 de junio, en la localidad belga de Charleroi. El consejero de Empleo e Industria, Isaac Pola, resaltó que el premio es un "honor" y que valora el "extraordinario trabajo de nuestros agentes para la promoción empresarial". El premio supone un respaldo al programa "Open Innovation 4.0", que favorece el impulso de empresas emergentes.

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