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Presidenta del PP de Navarra

Ana Beltrán: "Navarra tiene una presidenta que vive arrodillada ante Bildu"

"Hay una gran presión en favor del euskera, lengua que no es oficial pero que se quiere imponer a toda costa"

Ana Beltrán, el pasado jueves, en Oviedo. LUISMA MURIAS

- Malos días para el PP. La sentencia de la "Gürtel" hace daño al partido.

-Ha sido una semana muy dura y las noticias son un varapalo. Y es muy duro especialmente para los miles de políticos de este partido que somos gente honrada y que estamos dejándonos la piel para hacer las cosas bien.

- ¿Cómo tener al lado tanto ladrón y no enterarse?

-Quizá porque al que nunca ha pensado en delinquir no se le pasa por la cabeza que otros puedan hacerlo. En organizaciones tan grandes pasan cosas así, y al final creo que no es tan malo que los jueces dicten sentencias y que cada cual asuma sus responsabilidades.

Ana Beltrán Villalba es presidenta del Partido Popular en Navarra. Zaragozana, nacida en 1966, dirige el partido desde marzo del pasado año y es diputada en el Parlamento Foral desde 2011. El pasado jueves dio una charla en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA titulada "La batasunización de Navarra".

- Viaja por España alertando de la situación navarra.

-Sí. Es mi obligación.

- ¿Y qué ocurre?

-Somos la única comunidad cuya presidenta quiere que desaparezca, que pase a formar parte del País Vasco. La disposición transitoria cuarta de la Constitución española establece un procedimiento para la incorporación de Navarra a Euskadi, y la propia presidenta navarra asegura que si se celebra un referéndum, ella votaría a favor.

- ¿Qué votarían los navarros?

-Que no. La inmensa mayoría de la población no es anexionista. Y sólo un tercio del Parlamento navarro está compuesto por disputados nacionalistas.

- Incluso así tienen el Gobierno.

-Es un cuatripartito, con dos partidos nacionalistas, el de la presidenta, Geroa Bai, y EH Bildu. El problema añadido es que la presidenta navarra, Uxue Barkos, vive permanentemente arrodillada ante Bildu.

- ¿Qué les separa a estos dos partidos nacionalistas?

-La condena o no de los asesinatos de ETA. Les separan los modos, pero la pretensión final es la misma: que Navarra se integre en Euskadi y después la independencia de Euskal Herria.

- Navarra, en términos macroeconómicos, va bien.

-Fue mejor. La confianza empresarial es ahora la más baja del país, junto a Cataluña. El estatus político y jurídico se tambalea por esta especie de colonización que estamos sufriendo.

- ¿En qué se concreta?

-Para empezar, en la lengua. El euskera no es oficial en Navarra, pero como si lo fuera. Lo habla aproximadamente el siete por ciento de la población, pero la presión del Gobierno Foral es tremenda. Se impone en las empresas, que deben tener un plan de euskera si quieren licitar, y toda la cartelería y documentación oficial es bilingüe, con el euskera siempre por delante del castellano. Casi nadie habla euskera, pero entra usted en Pamplona en unos grandes almacenes y los rótulos están en lengua vasca. Es un absurdo, pero nuestro miedo es que la gente acabe acostumbrándose.

- ¿Dónde se habla euskera en Navarra?

-En las zonas del Norte. El Gobierno regional trata de implantarlo también en el sur de Navarra. A los niños que eligen esa lengua vehicular les dan comedor y transporte escolar gratis, pero en este curso sólo se apuntaron dos, lo que da una idea aproximada de la situación. En la enseñanza la presión es muy fuerte, está ocurriendo lo mismo que en Cataluña, pero en Navarra el proceso es incluso más rápido.

- La ikurriña es algo así como una bandera adoptada?

-En el balcón del Ayuntamiento en los Sanfermines ondeaba. Es la bandera de otra comunidad autónoma, pero ahí está. Coges algunos libros de texto y Euskadi y Navarra son un mismo territorio, y en la televisión vasca incluyen a Navarra cuando enseñan el mapa local del tiempo. Para acceder a determinadas plazas de funcionario en la zona vascófona navarra el euskera prima más que los conocimientos académicos. Por ejemplo, en puestos del ámbito sanitario.

- Y mientras tanto, ¿qué hace la gente no nacionalista?

-Está un poco parada, la sociedad navarra tiene que moverse más, pero hay que tener en cuenta el pasado reciente. Es una sociedad que sufrió mucho por el terrorismo, que sigue teniendo miedo y está agarrotada. Yo no puedo salir con mi familia a determinadas zonas de Pamplona porque me expongo a insultos, y no me apetece ser insultada. En el Parlamento navarro, el portavoz de Geroa Bai dijo que había que echar de Navarra a la Guardia Civil, a la Policía Nacional y al PP. Hace siete años esa expresión podía suponer perfectamente un tiro en la nuca.

- ¿De quién es la calle?

-De ellos, por supuesto. Y ahora más que nunca.

- ¿Sabe? Uxue Barkos es una presidenta autonómica que cae bien.

-Dialécticamente es buena, pero hay que conocerla bien. En según qué circunstancias tiene otra cara muy distinta.

- En un año justo habrá elecciones autonómicas.

-Y Navarra se la juega. En esta legislatura no les va a dar tiempo a hacer mucho más, pero el proceso sigue adelante. Dice la presidenta Uxue Barkos que Navarra aún no está preparada para un referéndum de anexión a Euskadi, pero todo se andará. Hay algo tremendo, y es que se está haciendo una política de empobrecimiento de la comunidad. Qué se puede pensar de una presidenta que está paralizando el tren de Alta Velocidad.

- ¿En Euskadi y en Navarra se mira a Cataluña?

-El desafío secesionista y la pretensión de romper España es el principal problema, y es preciso ser muy firme frente a esto. En este contexto, el PSOE anuncia una moción de censura que busca desestabilizar al país en unos momentos en los que es más necesaria que nunca la unidad por encima de intereses partidistas. Es una moción absolutamente inoportuna e irresponsable. Se habla de corrupción en el PP, pero hay que recordar que ninguno de los miembros del Gobierno de España está imputado en ningún caso. Y de corrupción socialista sabemos mucho en Navarra. De allí salieron Roldán y el expresidente de la comunidad Gabriel Urralburu. Entre los dos sumaron unos cuantos años de cárcel.

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