La delegación angoleña no pasó precisamente desapercibida en pleno centro de Oviedo. La comitiva de unas cincuenta personas, en la que hay varios ministros además de los asesores y el personal de seguridad está repartido entre dos hoteles, el Reconquista y el Barceló Cervantes, tras llegar a la capital asturiana procedentes del aeropuerto de Santiago del Monte a bordo de una decena de coches de alta gama y furgonetas. La relación del gobierno angoleño con el Instituto oftalmológico Fernández-Vega, situado en la falda del Naranco de Oviedo, no es nueva. Hace dos años, en febrero de 2016, ya acudió un vicepresidente de esta país de África meridional, que había sido con anterioridad responsable de la empresa de petróleos Sonangol. En esta ocasión, el séquito presidencial es mucho mayor hasta el punto de que los vehículos de lujo han llegado para la ocasión desde la comunidad autónoma de Cataluña.