Era el más temido de todos los exámenes de la Evaluación de Bachillerato de este curso. La extensión del temario, desde el fin de la monarquía visigoda (año 711) hasta la normalización de la democracia, abrumaba alumnos y profesorado que buscaron todo tipo de trucos para abarcar una materia en la que creían verse en desventaja respecto a los alumnos de otras comunidades autónomas.

Al final se pidió que los alumnos respondieran a cuestiones como los cambios económicos y sociales introducidos por los musulmanes en Al Ándalus. Del otro lado, se les ofrecía la oportunidad de comentar los hechos más relevantes del proceso de integración en Europa y las consecuencias para España de esta integración. Los alumnos debían, asimismo, en esta primera opción, explicar las causas que llevaron a la proclamación de la Segunda República y relacionar sus dificultades con la crisis económica mundial. Las medidas adoptadas respecto al comercio con América en el siglo XVIII y el desarrollo de la Guerra de la Independencia, además de las causas que llevaron a la proclamación de la Segunda República y su relación con la crisis económica mundial de los años 30 eran las otras cuestiones de este primer bloque de Historia.

La segunda opción, a escoger, incluía, las características de las pinturas prehistóricas cantábricas, las causas y consecuencias de la expulsión de los judíos, el origen y evolución del catalanismo, el nacionalismo vasco y el regionalismo gallego o las grandes fases de la Guerra Civil española, desde el punto de vista militar. Había, además, un última cuestión en la que se pedía a los alumnos que explicaran la organización política del Estado franquista.