El grupo parlamentario de Foro está roto tras un intento de desautorizar a la portavoz parlamentaria y presidenta del partido, Cristina Coto. Una decisión relativa al personal del grupo ha hecho aflorar la tensión interna en el partido hasta el punto de que dos diputados trataron de tumbar el criterio de Coto, incluso recurriendo a los servicios jurídicos de la cámara. El entorno de la presidenta forista no duda de que todo obedece a una operación de Álvarez-Cascos para anular a Coto, extremo que niegan otras fuentes del partido que atribuyen la tensión a "un problema doméstico del grupo".
El episodio comenzó el pasado 25 de mayo, cuando Cristina Coto remitió un escrito al presidente de la Junta en el que pedía el paso de media jornada a jornada completa de una trabajadora del grupo parlamentario, con retribución asimilada al grupo A1 (licenciado), nivel 28. La petición se hizo, según fuentes próximas a Coto, basándose en su potestad como portavoz parlamentaria y presidenta, y ese criterio había sido puesto en conocimiento del partido y del propio Álvarez-Cascos (quien era contrario) con semanas de antelación.
Pero cuando trascendió internamente en el partido que Coto había solicitado el cambio de régimen se desató la batalla. Así, el martes día 5, la diputada y portavoz adjunta Carmen Fernández envió otro escrito al presidente de la Junta General en el que pedía la revocación de la decisión de Coto. En el entorno de la presidenta no hay duda de que este escrito de una diputada desautorizando a su portavoz y máxima responsable del partido (algo inédito, según fuentes parlamentarias) fue consecuencia de órdenes de Cascos.
La jornada de ayer fue de máxima tensión en el grupo parlamentario de Foro. Cristina Coto remitió un tercer escrito a la presidencia de la Junta para anular el documento de su propia diputada. El argumento empleado por los otros dos diputados foristas es que "Coto actuó obviando lo que dicen los estatutos del partido, que obligan a que toda decisión sobre el personal eventual o de confianza se discuta en la comisión directiva de Foro".
Pero en el entorno de Cristina Coto se considera que ese argumento no tiene validez "porque hasta ahora ninguna decisión equivalente ha seguido ese trámite: de exigirse en esta ocasión quedarían anuladas todas las anteriores".
Esta situación se produce después de que Cristina Coto conociese por la prensa que algunas juntas locales estaban impulsando la candidatura de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, para ser presidenta de Foro y candidata autonómica. Aquel episodio, que causó un hondo malestar en Coto, terminó con un escrito de la aún presidenta en el que invitaba a la gijonesa a dar el paso ("ese apoyo fue sincero", aseguran fuentes próxima) y desvelaba su incomodidad por la maniobra a sus espaldas.
Los parlamentarios enfrentados a Coto atribuyen la situación a "un asunto doméstico que ella busca exagerar", mientras que para el entorno de la presidenta se trata de un castigo ordenado por Francisco Álvarez-Cascos para intentar arrinconarla. Este extremo se niega desde la otra parte, que asegura que "se trata de una pataleta por su situación". La tensión interna en el grupo parlamentario de Foro fue ayer palpable, según varios trabajadores de la Junta vinculados a otros partidos políticos.
