La activación y la exhibición pública de la discrepancia interna en Foro ha llegado a un punto un acontecimiento casi inédito en la Junta y con repercusiones aún inciertas. Apenas constan precedentes de un grupo cuyos miembros hayan decidido revocar una decisión de su portavoz y está por ver si el final de la historia es igualmente insólito. Ayer, de momento, los diputados contrarios a la decisión de Cristina Coto respecto al funcionamiento interno del grupo no dijeron ni que sí ni que no a una eventual sustitución de la actual portavoz. "Es algo que tendremos que hablar los que formamos parte del grupo", afirmó ayer Pedro Leal sin descartar de plano esa posibilidad y en todo caso antes de aclarar que si sobre el particular no existiera unanimidad entre los tres diputados la última instancia decisoria sería la comisión directiva del partido.

El caso es que la representación política de Foro en la Junta queda en un estado anómalo, con una grieta que separa a sus componentes y una suerte de "botón nuclear" al alcance de la todavía portavoz. Esto sólo sucedería si Cristina Coto decidiese llevar el enfrentamiento hasta sus últimas consecuencias, pero una renuncia de Cristina Coto podría arrastrar a Foro al grupo mixto, toda vez que sin ella ya no llegaría al mínimo de tres diputados que el reglamento de la Junta exige para tener uno propio.

El grupo quedaría entonces disuelto, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 32 de la norma de funcionamiento de la cámara, algo que en la práctica tendría un repercusión limitada más allá de un cambio de nomenclatura. A un año de las elecciones autonómicas, eso sí, esta hipótesis incierta podría restarles visibilidad, toda vez que el reglamento también prevé que en las iniciativas del grupo mixto conste "el nombre de la candidatura de los firmantes, salvo que se hayan incorporado al grupo mixto procedentes de otro grupo parlamentario", como sería el caso si se activase la salida más drástica de las que caben en la crisis recién abierta en Foro.