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Radiografía de los abuelos cuidadores: el 82 por ciento asume el papel de padres

Los yayos asturianos reconocen que "aprenden de sus nietos", y son las mujeres las que más se implican | Uno de cada tres mayores que ejercen las labores de tutela lo hizo sin que nadie se lo pidiese previamente

Verónica García. FERNANDO RODRÍGUEZ

Hay abuelos que son cuidados y otros muchos que cuidan. Y lo hacen de sus nietos, a diario, y sin protestar. No hace falta más que acercarse a un parque o a la salida de un colegio para comprobarlo. Esta realidad ha sido motivo de un estudio en Asturias por parte de la pedagoga Verónica García, que ha desarrollado su tesis doctoral sobre "La implicación de los abuelos y abuelas en las familias" en el Principado. La tesis, que fue calificada con sobresaliente y mención cum laude, le ha servido a García para dar un paso más en su carrera y ahora ya es doctora. Pero además ha desvelado datos que permiten conocer qué opinan esos abuelos que a diario se hacen cargo de sus nietos.

La primera conclusión a la que ha llegado este estudio es la de que el papel de los yayos ha cambiado y han pasado de ser cuidadores de vez en cuando y permisivos con sus nietos a asumir el papel de padres, lo que conlleva establecer normas, encargarse de su educación, poner límites a los más pequeños e incluso ayudarles en las tareas escolares. Ahora la competencias educativas y emocionales reposan sobre los abuelos en muchísimas ocasiones.

La muestra

Estas conclusiones son el resultado de una amplia encuesta llevada a cabo en Asturias a trescientos cincuenta abuelos y abuelas que de forma voluntaria han participado en este estudio. La tesis estuvo dirigida por Raquel-Amaya Martínez González, catedrática de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo.

Pero los abuelos que cuidan, en contra de lo que se pueda pensar, son en su mayoría felices y reconocen que aprenden mucho de sus nietos. "Tienen que regular un poco la permisividad y lo hacen, además de asumir las normas consensuadas por sus padres", explica Martínez González. "Son abuelos felices, contentos con su labor", concreta la recién doctorada Verónica García.

Pero ¿por qué ahora los abuelos hacen de padres con sus nietos? Es una respuesta lógica al cuidado diario, pasan mucho tiempo con ellos y además el 69 por ciento de los abuelos y abuelas que cuidan reconocen que sus hijos les han consultado para que se hagan cargo de los menores, pero hay un 31 por ciento que ha asumido este papel porque "se da por hecho".

Aunque cada vez son más los varones los que se encargan de cuidar a sus nietos, la tendencia sigue demostrando que las abuelas se implican más. Según la tesis el 60 por ciento de los abuelos que cuidan de sus nietos son mujeres, frente a un 40 por ciento que son hombres.

Más longevos

Además, dentro de ese porcentaje de abuelas hay que destacar otro apunte importante: el 60 por ciento de las cuidadoras de sus nietos son las abuelas maternas.

La tesis, que se leyó y valoró un tribunal esta misma semana en Oviedo, recoge que, "cuando los abuelos se ven en la tesitura de tener que ayudar, lo disfrutan y se sienten útiles" y reconocen que sus nietos les "actualizan", por ejemplo en el uso de las nuevas tecnologías, algo que sus nietos usan con total destreza pero que a las generaciones más mayores les cuesta controlar.

Ahora, con esta radiografía, hay que dar respuesta a todos esos abuelos que actúan como padres. Lo apuntan tanto Verónica García como Raquel-Amaya Martínez González. "Los abuelos deben tener la posibilidad de ser escuchados y de compartir experiencias con sus iguales", aseguran ambas expertas.

Hace pocos meses se conocían los datos de un estudio desarrollado en Alemania, una investigación llevada a cabo durante dos décadas y que ha concluido que los abuelos que cuidan de sus nietos viven más años que los que no lo hacen. Se reduce la posibilidad de fallecer en los veinte años siguientes en un 37 por ciento. Y las razones son obvias: están más activos, liberan oxitocina compartiendo momentos de juego con los pequeños (la también conocida como la hormona de la felicidad) y además el hecho de que sus hijos confíen en dejarles al cargo de sus nietos provoca en los abuelos un aumento de la autoestima, algo que muchas veces se pierde cuando llega la etapa de la jubilación y muchos no saben a qué dedicar su tiempo. Los que no dedican tardes a sus nietos, explica este estudio, también sufrirán consecuencias negativas, ya que no disfrutarán del amor, de la alegría ni de la vitalidad que éstos siempre aportan.

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