Personal investigador de la Universidad de Oviedo, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos y de la Universidad Autónoma de Madrid alertan del riesgo que supone para la conservación de las especies carroñeras la heterogeneidad detectada entre diferentes administraciones europeas a la hora de aplicar la misma regulación sanitaria que permite dejar carroñas de ganado en régimen extensivo en el campo.

Tras el estallido de la "crisis de las vacas locas", hace más de dos décadas, se señalaron los problemas de conservación que generaría la retirada de carroñas de ganado del campo. "Esta situación fue especialmente preocupante en el caso de España, que alberga más del 90% de los buitres de Europa", explica Patricia Mateo-Tomás, investigadora de la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad, ubicada en el Campus de Mieres, y del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos.

Tras la detección de los primeros problemas atribuidos a la falta de alimento, como, por ejemplo, ataques de buitres al ganado, la Unión Europea modificó en 2009 la normativa sanitaria, considerando la necesidad de conciliar mejor la salud pública y la conservación de la biodiversidad.

En el año 2011, Europa volvió a autorizar el abandono de carroñas de ganado extensivo en el campo en zonas designadas. Sin embargo, tal y como alertan la autora y los autores de este trabajo, que acaba de publicarse en la revista "Science", la falta de criterios homogéneos para designar las zonas de alimentación de especies necrófagas puede causar grandes diferencias en la disponibilidad de carroña entre territorios que están implementando una misma normativa.

Así, mientras otros países no han declarado ninguna zona de alimentación, España ha desarrollado su propia normativa, incluyendo criterios adicionales. No obstante, incluso en el caso de España, se han identificado hasta ocho criterios diferentes a la hora de delimitar las zonas de alimentación para carroñeros. Los investigadores recomienda la designación de zonas de alimentación para carroñeros lo más extensas posibles para favorecer la alimentación de especies como el buitre.