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La asturiana que lucha en Baleares: "La cooficialidad es nazismo"

La ovetense M.ª José García, que combate la imposición del catalán, cree que oficializar el asturiano es "el germen del nacionalismo"

María José García, ayer, en Menorca. M. J. G.

María José García, ovetense pero residente en Menorca desde hace más de veinte años, no es mujer de medias tintas.

Dice que ella sabe bien de qué habla cuando se trata de cooficializar un idioma, como es el caso de la llingua en Asturias, una posibilidad que está ahora más cercana que nunca, gracias al apoyo del PSOE a otorgar el máximo reconocimiento a este idioma, al que sólo se opone el PP y Foro exige condiciones. La mayoría del Parlamento asturiano está a favor de que el asturiano sea lengua oficial en la región.

María José García, que es presidenta de la plataforma "Mos Movem", creada a finales del año pasado y que lucha contra el decreto del catalán en sanidad en Baleares, y que ha presentado un recurso que ha sido admitido a trámite por el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB) para evitar que el catalán se exija al personal sanitario en Baleares, sostiene que "cooficializar el asturiano es el germen del nacionalismo involutivo". De poco le sirven a la ovetense las explicaciones y el compromiso del presidente de la Academia de la Llingua de Asturias, Xosé Riaño, que siempre ha dejado claro que la cooficialidad del asturiano en la región será más laxa que en otras comunidades y que no habrá imposiciones, sino derechos.

"Mentira, el asturiano nunca estuvo protegido y nunca se perdió. Si lo oficializan cometerán un gran error, y luego de ahí llegarán todos los problemas", concreta la presidenta de "Mos Movem". Se refiere García a la situación que ahora ella vive en Menorca. "Hace años comenzaron con la educación, exigiendo el catalán, y ahora van a por la sanidad. Han aprobado un decreto en el que el catalán ya no cuenta como mérito, sino que es obligatorio tener un nivel B2 para tener una plaza en el sistema público o para ser interino. No tiene ningún sentido, un profesional de la sanidad lo que tiene es que saber ejercer su profesión", concreta. Hay que apuntar que Riaño en Asturias ha manifestado que no se quiere obligar a nadie a que sepa asturiano para presentarse a una oposición.

Según la ovetense, las competencias en Educación que se asumieron desde las comunidades han sido el caldo de cultivo "para situaciones como las que se dan en Menorca. Lo que ocurrió es que Jordi Puyol se inventó una historia y ahora hay un adoctrinamiento terrible en los colegios, en donde se enseña a los niños que existió un reino catalán formado por la propia Cataluña, Valencia y Baleares. Todo una mentira. Lo que hacen exigiendo el catalán, que ni siquiera es la variedad dialectal que se usa en la isla, es favorecer sólo a los que hablan catalán, a los suyos. La cooficialidad es nazismo puro y duro".

María José García, que trabaja activamente en la plataforma y es técnica de riesgos laborales en el hospital público de Menorca, asegura que los políticos que están a favor de la cooficialidad "son talibanes. Esto me sirvió mucho para entender cómo funciona el ISIS y su adoctrinamiento y captación. Los asturianos aún estamos a tiempo de parar ese disparate".

Además, afirma que los procesos para oficializar lenguas, un derecho que recoge la Constitución española, "sólo responden a un negocio de unos pocos. Tienes que pagar los cursos de formación, los libros, las tasas de los exámenes y además hemos llegado a un punto donde puntúa tanto o más saber catalán que el currículo de un médico. Un sinsentido". La asturiana argumenta que la cooficialidad de los diferentes idiomas sólo acarrean desigualdades entre la sociedad, y que las lenguas "siempre han servido para entenderse, no para distanciarse o restar derechos". García dice que es el momento de que "la población salga a la calle, hay que movilizarse, esto no se puede permitir. Nosotros hemos llevado a cabo dos manifestaciones con un seguimiento masivo en Baleares". Es más, considera que ningún partido político "ha hecho nada para frenar esta situación y es algo que en Asturias todavía se puede evitar. Nadie está en contra de que se cuiden los idiomas o se protejan, pero hay que acabar con los chiringuitos lingüísticos y entender que todo tiene que tener un límite".

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