Julio Antonio Pérez Álvarez es desde hace tres meses el director gerente del Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa). Tiene 45 años, nació en Avilés, reside en Oviedo, es químico y se acercó al mundo del agua siguiendo el consejo de un profesor. Hoy participa en la sede de la Federación Asturiana de Concejos (FAC) en la jornada técnica "Modelos de gestión del abastecimiento de agua potable en baja (distribución). El valor del agua está en la gestión", organizada por Cadasa.
-¿Qué es más complejo, trabajar en la empresa privada o en la pública?
-Estuve diecinueve años en la empresa privada y en la administración llevo tres meses. Trato de aprovechar lo bueno de ambas.
-¿Da para tanto el agua?
-Sí. El agua es un elemento de futuro. No sabemos lo que tenemos. No se puede pensar en una sociedad, una industria, una economía sin el agua. En 2020 el consumo se incrementará en un cincuenta por ciento, 1.800 millones de personas vivirán en regiones con escasez absoluta de agua y dos tercios de la población mundial podrían estar en estrés hídrico. En Asturias, como llueve tanto, pensamos que no hay problema. Pero los problemas del agua son generales y globales. El agua no tiene fronteras.
-Explíque el alcance del "pacto del Narcea" con Arcelor.
-El Consorcio, que pese a tener 51 años de vida es un gran desconocido, nació con el objetivo de ser el garante del abastecimiento del agua en Asturias, respaldando y protegiendo a los ayuntamientos consorciados allí donde no llegan con sus propios recursos. Históricamente los recursos han salido del alto Nalón, de los embalses de Tanes y Rioseco, pero la capacidad es limitada. Por eso se han buscado alternativas, como utilizar de refuerzo el canal del Narcea. El acuerdo con Arcelor garantizará el agua cuando escasee en Tanes y Rioseco.
-Pero escasez de agua hay en los períodos de estiaje, que también afectan al Narcea...
-Sí. Esto no es una varita mágica. El binomio agua-cambio climático va a ser un desafío ambiental, social y económico. La clave será la resilencia, la adaptación al cambio. El "pacto del Narcea" cubre nuestras necesidades actuales y evita acometer nuevas infraestructuras en una época en la que escasea el dinero. En el futuro, ya se verá. Nadie puede garantizar que habrá agua de por vida, las soluciones son para el momento, pero hay que estar preparados para los cambios.
-Una de las claves del acuerdo es que Arcelor va a necesitar menos agua en Avilés...
-Así es. El acuerdo beneficia a las dos partes. Cadasa quiere garantizar un recurso y Arcelor necesita agua. Lo que Arcelor deja de utilizar en Avilés lo cogemos nosotros y lo que le dejamos de dar en Avilés se lo damos en Gijón. Es un binomio perfecto.
-Los beneficios para el Cadasa están claros, garantiza el recurso y obtiene más ingresos al revisar las tarifas de Arcelor, al alza pero ¿qué consigue la multinacional?
-El objetivo no es económico, sino que las dos partes estén a gusto. Hasta ahora Arcelor estaba asumiendo todos los costes en solitario: equipos, bombeo, instalación, personal... Y Cadasa solo pagaba el agua que consumía del Narcea. A partir de ahora compartiremos los costes derivados de esa infraestructura, de la que Arcelor seguirá siendo titular y operador.
-¿Teme que la Confederación Hidrográfica no dé el visto bueno al pacto con Arcelor?
-No. El objetivo es garantizar un recurso que cada vez cuesta más garantizar. El agua no tendría que ser un motivo político sino materia de Estado. Llevo 19 años viajando por el mundo y he visto que a veces las cosas se pierden por decisiones políticas. Las decisiones tienen que ser técnicas.
-IU quiere que el agua procedente del Nalón abastezca los domicilios y él del Narcea las industrias. ¿Qué le parece a usted?
-El agua del Nalón es de gran calidad, la contaminación es nula. La del Narcea, al estar aguas abajo, tiene menos calidad en términos de agua bruta, pero hay plantas potabilizadoras que en ambos casos hacen que el agua cumpla todas las garantías. La planta de Ablaneda arrancará cuando no haya recursos suficientes en el Nalón, no va a funcionar los 12 meses del año, es una instalación de emergencia.
-Los ecologistas hablan de acuerdo oscuro y exigen transparencia.
-No hay nada oculto, ningún trasfondo. El Consorcio no está para lucrarse, no busca el beneficio, sino garantizar el agua en Asturias. Nos ha tocado negociar con una empresa privada que tiene sus intereses y hemos encontrado un equilibrio con el que las dos partes estamos cómodas.
-¿Cómo es posible que no hubiera acuerdos desde 1993 y ahora se pacte en unos meses?
-Seguramente por las circunstancias, en este caso el detonante fueron los cambios estratégicos de Arcelor y sus planes de inversiones. Pero hay que destacar el buen hacer del consejero (Fernando Lastra) y del Viceconsejero (Benigno Ferrnández Fano) para llegar a un acuerdo.
-El embalse de Caleao ya no hace falta...
-Ahora mismo, no. Pero en el plan director de abastecimiento todas las alternativas están encima de la mesa, incluso la desalación. Y en el Plan Hidrologico el Estado lo mantiene. Está ahí, ¿para qué vamos a cerrar ventanas al futuro?
-¿Se utilizarán también las aguas mineras?
-Es una opción que hay que valorar desde el punto de vista tecnológico: ver la calidad de las aguas, las instalaciones, las infraestructuras... Es un recurso que está ahí.
-Asturias es privilegiada en materia de agua...
-Es privilegiada por la calidad del agua y por tener un consorcio que ha sabido agrupar a veintinueve ayuntamientos. Somos privilegiados, pero nos falta cultura del agua y de educación ambiental. Tenemos que abrir canales de comunicación con la sociedad. Cogersa lo ha hecho muy bien con su campaña de educación ambiental a través de colegios. Cadasa se integrará en ella a partir de octubre, promoviendo el ciclo integral del agua y las "Escuelas ahorradoras de agua".
-¿Qué aprenderán los niños en esa campaña?
-El valor verdadero del agua viendo su ciclo integral: en Rioseco verán de dónde cogemos el agua, cómo la tratamos, cómo se distribuye y cómo basta con abrir el grifo para tenerla en casa. Pero detrás del grifo hay mucho trabajo, gente muy preparada, profesionales muy competentes. También les enseñaremos qué ocurre después: les mostraremos una planta de tratamiento de aguas residuales para que vean cómo la devolvemos al medio en condiciones adecuadas.
-¿Podría ser Cadasa un buen ejemplo a seguir para el área metropolitana?
-En este mundo global, en el que ya no hay fronteras, muchas veces se pierde tiempo si las decisiones no son consensuadas e integradoras, globales. En materia de agua la competencia es municipal, pero a veces el Ayuntamiento no tiene recursos y debe recurrir la comunidad autónoma, que a su vez recurre al Estado y este a Europa. El Consorcio debe actuar de mediador y dar solución a los problemas de los entes consorciados; debe ser el brazo tecnológico de los ayuntamientos. Cada ayuntamiento tiene sus circunstancias particulares pero el problema del agua es el mismo para todos. En cuanto a lo del área metropolitana, ahí tenemos que ir. Y también se debería hablar de agua.
-¿Es demasiado barata el agua para lo que cuesta?
-Sí, Europa quiere que la factura cubra lo que cueste el recurso. No lo cubre.
-¿Por qué?
-Porque los políticos no suben el agua por miedo a que la gente deje de votarlos. Además en España tenemos 8.000 municipios, 8.000 entes reguladores, 8.000 tarifas... La Asociación Española de Abastecimiento y Saneamiento aspira a crear un ente capaz de regular las tarifas en toda España.
-¿Deben dejar de ser municipales las competencias del agua?
-No, pero el futuro pasa por figuras como el Consorcio, que aglutine y pueda llevar la gestión con personal cualificado.
