"Mimamos mucho a los jóvenes investigadores para que tengan la mejor formación porque ésa es la puerta de entrada a la carrera académica", sostiene la profesora de Musicología Celsa Alonso, investigadora principal del grupo acreditado de la Universidad de Oviedo en investigación de Música Contemporánea de España y Latinoamérica (GIMCEL). A su juicio, para avanzar como grupo se hace necesario demostrar que hay una solidez de equipo, "porque sin proyectos no hay becas para los jóvenes investigadores". Eduardo Viñuela y Sara Arenillas son discípulos de Celsa Alonso. Leyeron su tesis en 2008 y 2017, respectivamente, y son también ejemplo de dos líneas de trabajo en el área. Él leyó su tesis sobre el videoclip en España, y ella, sobre el glam. "Poco a poco, hemos ido creciendo. Hemos tenido alumnos estupendos, y Sara y Eduardo han sido realmente óptimos", subraya la más veterana.
A Celsa Alonso le gusta recordar quiénes fueron sus referentes: el catedrático Ángel Medina, que le cedió el testigo como investigadora principal del grupo, y antes, Emilio Casares. "He intentado hacer con mis discípulos lo que ellos hicieron conmigo", explica, "los alumnos te motivan y te marcan retos. He aprendido mucho de mis discípulos. A veces te da como vértigo porque te metes en un mundo en el que no acabas nunca de aprender".
La Universidad de Oviedo, coinciden maestra y discípulos, es un referente en los estudios de Musicología. Alonso, orgullosa de la calidad de sus doctorandos, que en los últimos años han abierto una línea de investigación sobre músicas populares urbanas del siglo XX, celebra el hecho de que le hayan llevado a temas que nunca antes se había planteado. "Empecé trabajando sobre el siglo XIX, pero los temas del grupo se van ramificando", indica. Sara Arenillas, por ejemplo, decidió trabajar el glam no solo desde la perspectiva musical, también por su capacidad para construir la autenticidad del rock. "Es una estructura con mucho peso de la masculinidad. En toda la estructura del rock el patriarcado es muy evidente", detalla en su análisis. Su tesis fue galardonada en los premios Fundación SGAE de Investigación 2017 con el reconocimiento a la mejor tesis doctoral. Arenillas señala que aquellos grupos rock donde la presencia de las mujeres es más evidente son el centro de las críticas.
A Eduardo Viñuela lo que le atrajo de las músicas populares urbanas era su vertiente audiovisual. "En el inicio de mi tesis no existía Youtube, partí del videoclip tradicional; ahora estoy más volcado en estudiar ese otro fenómeno. Lo apasionante es ver cómo se transforman las técnicas de consumo musical, cuenta este docente, director del Aula Pop Rock de la Universidad de Oviedo. "Celsa fue mucho más que una directora de tesis. Hicimos toda la investigación con ella. Te acompañaba y te animaba a ir a los congresos. Nos llevaba en grupo cuando no era habitual que los españoles fuéramos a congresos", recuerda Viñuela. "Su energía y su entusiasmo son contagiosos", coinciden ambos discípulos.
Durante el tiempo que pasaron por la Universidad este joven profesor contratado doctor y la investigadora posdoctoral Sara Arenillas, la asignatura de Celsa Alonso, Músicas Populares Urbanas, dio el salto de optativa a obligatoria con los planes de Bolonia.
Al grupo le unen en sus áreas de interés la música y discurso en España contemporánea, músicas populares urbanas, música de cine, teatro musical español y canción española. Actualmente están inmersos en un proyecto de investigación sobre "Músicas en conflicto" y el poder de esta disciplina para construir identidades. "Hablamos del valor político de la música", dice Viñuela. "Al final se trata de un proceso de construcción colectiva", remarca la maestra.
El grupo reconoce que las redes sociales han cambiado la forma de relacionarse con la música. "Es importante por lo que representa en la transmisión de generación en generación", coinciden los tres. Las redes, añade Viñuela, ofrecen nuevas prácticas de consumo musical y de circulación masiva de los contenidos "en unos dispositivos que antes no existían y que ahora sirven para discutir y compartir". Una colaboración de Viñuela con la profesora Encarna Sánchez Olmos, de la Universidad de Alicante, les abrió una línea de trabajo sobre las ideologías que se trasladaban con la música popular. La música, coinciden los tres, "genera diálogos y formas de ser".
Sara Arenillas busca ahora ubicación tras finalizar la beca "Severo Ochoa". "Me gustaría seguir investigando. En la Universidad es bastante difícil entrar. Quizá me decida por una estancia posdoctoral fuera", indica. Su compañero Eduardo Viñuela la anima: "Al acabar la tesis yo tampoco tenía claro que podría entrar en la Universidad y sorpresas te da la vida".
Celsa Alonso destaca la potencia del área de Musicología en la Universidad de Oviedo, con tres grupos de investigación en los que se distribuyen los quince profesores estables del área. El panorama para los jóvenes investigadores, como en otras disciplinas, se presenta complicado. La más veterana reconoce que apostar por la carrera académica exige centrarse de lleno en eso, "pero también valoramos mucho hacer transferencia, como ocurrió con la misa de gaita de Ángel Medina, un muestra de cómo la investigación repercute socialmente". Arenillas aprecia que la carrera académica cada vez es más exigente. "Hay más competitividad por la exigencia de las acreditaciones", apunta Viñuela.
La maestra concluye que en el área han recibido en los últimos años "alumnos muy brillantes a los que resulta muy placentero dirigir". En su análisis sobre el área al que pertenecen, destacan la calidad tanto de la formación como de la investigación. "Nos compenetramos muy bien para tener un buen equipo", concluyen.
