El descarrilamiento de un tren en Pajares que tuvo lugar en el año 2016 y que obligó a evacuar a 78 pasajeros tuvo lugar como consecuencia de un "fallo en la infraestructura" debido a "la rotura previa del carril izquierdo debido a un defecto de fabricación del carril". Al menos así lo aseguran los técnicos de Fomento que acaban de emitir un informe en el que se depuran responsabilidades sobre lo sucedido.

Los técnicos señalan como factor añadido "la situación de corrosión por las condiciones dentro del túnel" y el "tráfico pesado que circula por la línea". Todo ello supuso, según los técnicos, que se produjeran "fenómenos de fatiga en el carril" .

En las labores de vigilancia a pie y en cabina llevadas a cabo por e personal de mantenimiento "no se detectaron las anomalías presentes en el carril que desembocaron en la rotura del mismo".

Fomento acaba concluyendo que debido a la gravedad de las consecuencias que tuvo el suceso "es necesario reconsiderar" los medios que se utilizan para llevar a cabo las labores de mantenimiento.

Así lo contaron los pasajeros

"De repente todo empezó como a dar botes. Estábamos dentro del túnel, a 100 metros de la salida creo. Las paredes fueron las que nos sostuvieron, porque si no, el vagón se cae y esto pudo acabar en tragedia", relató un ajoven en conversación con este periódico poco después del suceso, sin quitar hierro a la situación. "La cafetería la tenía enfrente y todo saltó por los aires, al igual que las puertas... El susto fue muy fuerte", añadió la mujer, ya en la seguridad de la estación de Oviedo y tras reencontrarse con los suyos.