La Audiencia Provincial de Oviedo ha confirmado de forma íntegra la sentencia que hace unos meses absolvió a los médicos Cándido Fernández y Elena Núñez, adscritos a los consultorios de La Ería y Pumarín, del delito de homicidio imprudente del que se les acusaba por la muerte de Javier Auviaño Amieva, de 36 años, un enfermo de gripe A fallecido en febrero de 2014.

La nueva sentencia, dictada por la Sección Segunda de la Audiencia, descarta que los dos facultativos acusados incurrieran en "mala praxis", atribuye el fatal desenlace a "un cuadro de infección por virus influenza complicado, con afectación cardiaca y muscular, y una sobreinfección bacteriana con evolución a sepsis y fallo multiorgánico".

La resolución de la Audiencia Provincial de Oviedo lleva fecha del pasado día 11, y corrobora en su totalidad la dictada el 17 de noviembre del año pasado por el Juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo.

En la primera sentencia, la magistrada había concluido que los médicos actuaron conforme a la lex artis (la correcta ejecución médica), resaltaba las contradicciones en el relato de la madre del fallecido, e indicaba que no había quedado probado que un ingreso más precoz del fallecido hubiese evitado la cadena de complicaciones que llevaron a su fallecimiento. La muerte le sobrevino por una sobreinfección contraída en el HUCA, de la que no pudo sobreponerse, dado su grave estado, al haber derivado la gripe en una neumonía.

En el juicio, tanto el fiscal como la acusación particular, a cargo de Juan Carlos Muñiz, habían solicitado cuatro años de cárcel para los médicos. Entre tanto, las defensas habían pedido la absolución, al considerar que los médicos habían actuado de forma adecuada.

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Durante la vista, los médicos habían indicado que no acudieron al domicilio del fallecido, como les requería la madre, porque las explicaciones que dio ésta no les hicieron pensar que su estado no fuese otro que el típico de una gripe común. La madre indicó en su denuncia, y corroboró en el juicio, que los dos facultativos se habían negado a acudir a la vivienda a pesar de que les había advertido de que su hijo estaba cianótico, se desmayaba y hasta vomitaba sangre. La madre, que emocionó a la sala describiendo la desesperación que sintió el día del ingreso de su hijo en el HUCA, llegó a decir de la doctora de Pumarín que se había desentendido al haber acabado su turno.

La nueva sentencia se apoya en la opinión del perito de la defensa, el doctor Mauricio Telenti, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Universitario Central de Astruias (HUCA), para concluir que "es perfectamente factible que la evolución de la gripe se presentase dentro de los términos de normalidad " hasta el momento en que la doctora Elena Núñez pautó el ingreso en el HUCA.