"Hemos decidido pasar de las musas al teatro". Parafraseando a Lope de Vega reveló ayer el consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, el "nuevo paso" ideado para Covadonga: un aparcamiento para 1.200 vehículos en la finca Les Llanes, un funicular entre este punto y el santuario y la reparación del pavimento de la explanada de la basílica. Solo el remonte mecánico podría costar hasta 12 millones de euros. Una cantidad que la Consejería pretende que aporte una empresa privada a cambio de la explotación de la infraestructura, aunque tampoco está descartada la participación pública.

Todo está ya en marcha y es fruto del consenso rubricado ayer en un encuentro celebrado en Covadonga, al que asistieron Lastra; el abad del santuario, Adolfo Mariño; el director general de Transportes, José María Pertierra, y el alcalde cangués, José Manuel González, entre otras autoridades. El "nuevo paso" para Covadonga no es tal, pues lo que se ha hecho es rescatar el viejo proyecto anunciado a bombo y platillo en 2007 por el entonces presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, para instalar un ascensor panorámico entre Les Llanes y la explanada de la basílica. Un proyecto que se llevó la crisis económica y del que nunca más se había sabido. Hasta ayer.

La reparación de la vía sacra, entre la basílica y la cueva de la Santina será lo primero en ejecutarse: en septiembre, una vez superadas las celebraciones del triple aniversario "Covadonga 2018": el primer centenario de la coronación de la Virgen y del parque nacional, y el decimotercero de los orígenes del Reino de Asturias.

La obra ha salido a licitación en 433.278 euros y se prolongará durante tres meses. Afectará a unos 4.700 metros cuadrados e incluirá la colocación de aglomerado, losas de piedra caliza y canto rodado. La vía sacra quedará en principio abierta al tráfico, pero la idea es peatonalizarla en cuanto funcione el funicular.

Será un funicular de ladera que recorrerá en tres minutos los 272 metros que separan Les Llanes de la zona trasera de la escolanía, salvando un desnivel de 90 metros y una pendiente del 35 por ciento. Podrá transportar a 1.200 pasajeros cada hora, con lo que se dará respuesta a la máxima demanda: hasta 10.000 visitantes al día durante las etapas vacacionales.

El presupuesto estimado es de 12 millones de euros, aunque Lastra matizó que esa cifra sería, más que una estimación, el "techo" de gasto que se podría alcanzar. El nuevo diseño para Covadonga obligará a realizar cambios: la carretera entre la rotonda de El Repelao y el santuario, serán cedidas al Ayuntamiento (el primer tramo, hasta la zona del Gran Hotel Pelayo) y al Arzobispado (el tramo final, incluida la vía sacra.

Lastra ya ha encargado a la empresa pública Serpa un estudio sobre la viabilidad y el impacto ambiental de construir un remonte que mejore el acceso a Covadonga. Se estudiará también la "alternativa cero" (no ejecutar ninguna actuación), y, previsiblemente, el viejo proyecto del aparcamiento en altura detrás del edificio de la escolanía de Covadonga, con 77 plazas, diseñado en 2009 y que hubiera costado entonces 2,5 millones de euros. Este proyecto cuenta con el respaldo de la Iglesia y de los empresarios de Cangas de Onís.

Pero aún hay más: Lastra confirmó que ya se encuentra en fase de licitación el estudio de alternativas y de impacto ambiental del acceso a los lagos de Covadonga, en el que se incluye el tren de cremallera ideado por una empresa privada y apoyado por el ayuntamiento y el empresariado de Cangas de Onís.