Un par de días antes de que le diesen el alta, Gonzalo Montoya Jiménez, el preso que fue dado por muerto en su celda de la prisión y volvió a la vida en el Instituto de Medicina Legal, cuando iban a hacerle la autopsia, tuvo un encontronazo con dos agentes de la Policía. Los funcionarios habían acudido a la UVI del HUCA después de que las enfermeras se quejasen de los malos modos del paciente. Allí, el 21 de enero, Montoya "se comenzó a poner muy agresivo, a arrancarse las vías y a tirarse al suelo", según el atestado. Cuando le cogieron del suelo, empezó a insultarles y amenazarles: "Vas a pagar por esto, maricón, vas a trabajar para mí, te voy a pegar un tiro, hijo de puta", señalan los agentes que dijo.

Ayer a mediodía, Montoya acudió al Juzgado número dos de Oviedo para un juicio de faltas por amenazas leves. Los agentes aseguraron que "estaba tranquilo hasta que le explicamos cómo era el régimen de visitas". Las enfermeras se quejaban de que había muchos familiares. La defensa de Montoya, a cargo del letrado Iván Cortina, presentó informes sobre los trastornos que padece. Y su madre, Covadonga Jiménez, aseguró: "Estaba con él y entonces empezó a tiritar y cayó al suelo. Dos agentes los cogieron y el solo les dijo que le soltasen, porque le hacían daño en el brazo. No insultó a nadie", indicó.