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Los empresarios locales quieren evitar que firmas foráneas exploten la navegación

Los empresarios que llevan asentados en el Sella más de veinte años quieren que, en caso de que se opte por la subasta por lotes de canoas, se tenga en cuenta que son ellos quienes llevan años "dando trabajo en la zona. No puede venir una empresa de fuera y pagar y hacerse con todos los lotes, eso sería una falta de reconocimiento a nuestra labor y a los que llevamos toda una vida trabajando aquí". Así lo explica Juan Feliz, vocal de turismo activo de la asociación de turismo Incatur (asociación de empresarios de la comarca de los Picos de Europa).

En total hoy la Confederación Hidrográfica del Cantábrico tiene dadas de alta 3.600 embarcaciones en el Sella, pero se estima que en meses de verano pueden llegar a bajar por el río en torno a las 5.000.

Además desde Incatur también solicitan tanto a la Guarda Civil como a los ayuntamientos de Cangas de Onís, Parres y Ribadesella que se lleve a cabo un control exhaustivo de los chiringuitos ilegales que se establecen en la ribera. "Hay gente que se instala de forma legal con todos sus permisos en regla, a una distancia mínima del río, y luego hay otros que llegan con la sombrilla, la música y la nevera portátil cargada de cerveza y están vendiendo sin ningún tipo de control", alertan desde Incatur.

El Sella es, sin duda, uno de los ríos con más tradición de navegación en Asturias, pero "necesitamos dar otra imagen al turista", concluye el empresario Salvador Vallina.

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