Iván O. C. es un sierense que hace unos años se convirtió en una imagen habitual ante los Juzgados de Langreo, donde reclamaba que se agilizase una demanda de paternidad interpuesta contra su expareja. El hombre, que quería que se le reconociese como padre de una niña, llegaba a los Juzgados a las seis de la mañana y no se iba hasta las nueve de la noche, exhibiendo carteles en los que explicaba su caso. Luego dormía en los locales de la parroquia.

Había entrado en un bucle del que aún no ha salido, pasados seis años. Con el tiempo cambió los Juzgados de Langreo por los de Siero. Fue allí, donde el pasado marzo protagonizó un incidente que le ha mantenido hasta ahora en prisión y que esta semana le hizo pasar por el Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo, acusado de atentado a la autoridad.

Al Juzgado acudió para realizar los enésimos trámites en relación con su demanda de paternidad. Allí se puso un poco violento y le echaron del Juzgado, aunque opuso cierta resistencia. En el curso del incidente llegó a amenazar a dos agentes de la Policía. El arma fue el bolígrafo con el que pretendía escribir su enésima reclamación. Según consta en la denuncia, el hombre levantó el brazo con el bolígrafo en ademán violento, mientras amenazaba a los agentes.

El resultado fue que Iván O. C. fue detenido por atentado y conducido a prisión por orden del Juzgado de guardia de Siero. Anteayer viernes se celebró el juicio en el Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo. El ministerio público pedía una condena de un año de cárcel por dos delitos de atentado a la autoridad y un tercero de desobediencia. El ministerio público aplicaba la atenuante por trastorno psicológico. Su letrado de oficio pidió la libre absolución, al considerar que concurre la eximente de enfermedad mental.

Como indicaron los forenses que le examinaron, Iván O. C. vive en una realidad paralela, ya que sufre un trastorno paranoide que afecta a sus capacidades. Ahora la magistrada María Paz González-Tascón deberá decidir qué se hace con este hombre.

Enfermos psiquiátricos

Su letrado lamentó las condiciones en las que se encuentra en prisión, ingresado en la enfermería. Consideró que no es el lugar más adecuado para una persona que sufre una enfermedad mental incurable, y que la prisión de Asturias debería contar con una unidad especializada en este tipo de casos.