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El Principado acumula más de un año de retraso en la regulación turística del Sella

La Administración nunca presentó una propuesta en firme a la Confederación pese a las quejas por la masificación de piraguas y chiringuitos en verano

Canoas, ayer, por el Sella a su paso por Arriondas. CRISTINA CORTE

Otra vez llega el verano y otra vez con él la masificación del Sella. El Principado acumula más de un año de retraso en la regulación turística del río, por el que cada año descienden en canoa miles de personas que se concentran en su mayoría en los meses de julio y agosto.

Y es precisamente en estos dos meses de calor y vacaciones cuando, según denuncian varios empresarios y los propios turistas, "la cosa se desmadra". Y no sólo por el número de canoas, que a veces hacen impracticable el descenso del río, sino también por los chiringuitos ilegales de venta de comida y bebida que se establecen de forma ilegal en la ribera.

El Principado se había comprometido a regular la explotación turística del río, pero para ello debe presentar el modelo que quiere ante la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), a los que "no les consta" que haya llegado a sus oficinas ninguna propuesta en firme.

El problema no tiene fácil solución, y es que hay más de veinte empresas turísticas que trabajan en el río y ofrecen rutas en piraguas. Hasta ahora cada empresa sólo tiene la obligación de firmar la declaración responsable, que implica aceptar las condiciones que se le exigen para la práctica de la navegación, como por ejemplo no hacerlo por la noche, pero no hay máximo de embarcaciones. La solución pasaba por establecer un cupo de piraguas y asignarlas por lotes, en el caso de que se decidiese restringir el número de embarcaciones, y a partir de ahí desarrollar una normativa para sacar a subasta los lotes por concurrencia competitiva. Pero es aquí donde surge el problema, porque esto daría acceso a que nuevas empresas presentasen su oferta para hacerse con los cupos, y los empresarios ya asentados son reticentes a ello, quieren ser ellos los que exploten el río turísticamente.

Es la Consejería de Medio Ambiente la que debe presentar el modelo de gestión de embarcaciones ante la CHC y por otra parte "debería", según los empresarios, acabar con la masificación de puestos de comida y bebida ilegales que se establecen por decenas en la ribera cuando llega el buen tiempo.

Salvador Vallina, propietario de una de las empresas turísticas en la comarca y con más de veinte años de trabajo a sus espaldas, explica que "es una auténtica vergüenza ver cómo los chiringuitos ilegales se ponen en la orilla del río, sin cumplir ningún requisito sanitario están ofreciendo comida y bebida, y dando una imagen pésima de nuestro turismo, cuando vendemos el 'Paraíso Natural'. Saben de sobra cómo está la situación y cómo se queda la zona, llena de basura... Los clientes se llevan una mala imagen del Sella en este sentido. Yo para hacer bocadillos de jamón y queso tuve que pasar mis controles sanitarios, pero aquí se levanta la mano y se perjudica a los que tienen sus negocios en regla, que están sometidos a una clara competencia desleal".

IU llevó el debate a la Junta esta semana e instó al Gobierno asturiano a que aproveche la llegada de Sánchez al Ejecutivo central para buscar el entendimiento con la Confederación y regular la explotación turística del Sella. Pero la CHC, al menos hasta ahora, considera que el río no está siendo perjudicado por ninguna de estas prácticas y que es el Principado el que debe presentar su propuesta para después darle "forma legal", en el caso de que sea viable.

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