Al acabar la licenciatura de Geología, Luis Díaz se encontraba "bastante perdido". Su director de tesis, Carlos López, le propuso estudiar el subsuelo de Avilés. A partir de ahí enlazó un serie de contratos de investigación que le mantienen ligado a la Universidad desde hace siete años, un camino que inició a partir de una beca de Formación del Profesorado Universitario (FPU). Una estancia de investigación en la Universidad de Kingston (Londres) le permitió centrar el foco de su especialidad: modelización y caracterización geotécnica. Su trabajo en la comarca avilesina le permitió constatar una realidad común a todo el territorio del Principado: "Tenemos materiales desde muy antiguo hasta la actualidad". En Avilés y su comarca halló rocas desde el Paleozoico (hace unos 400 millones de años) hasta las permotrías (formadas por areniscas, conglomerados y arcillas), presentes en taludes de color rojizo, que suelen dar problemas de estabilidad y que tienen presencia en toda la franja desde Avilés hasta Villaviciosa. A esos materiales se suman sedimentos nuevos, principalmente arenas y fangos, procedentes de la ría.
Según Luis Díaz, el dragado de la ría avilesina modificó la dinámica de las corrientes marinas en la zona de Salinas, por los problemas de sedimentación que genera. "También influye en la playa de Xagó", continúa. Su director de tesis y compañero de grupo de investigación, Carlos López, apostilla que no solo los dragados sino también la construcción de grandes diques también desembocan en cambios de las condiciones naturales de los ecosistemas costeros. Al final, todo se vuelve a equilibrar: "Lo que le quitas, el mar se encarga de reponerlo pero hay intervenciones tipo El Musel que sí tienen impacto".
El grupo de investigación de Geología Aplicada a la Ingeniería al que pertenecen Díaz y López participa en el momento actual en dos obras singulares: el nuevo metro suburbano de Dublín (Irlanda) y la nueva red de transportes de Manama (Bahrein). Concretamente, el grupo que dirige el profesor Daniel Arias están asesorando a la ingeniería responsable del proyecto en el estudio de la geología y la geotecnia del terreno afectado por el trazado.
Bahrein, como Gijón
De los primeros estudios ya han detectado dos peculiaridades: el subsuelo de Bahrein se parece mucho al de Gijón, donde sobre el sustrato formado por calizas aparece un importante recubrimiento de tipo arenoso que es el que condiciona principalmente el desarrollo de la obra. Anteriormente también habían participado en el proyecto del metro de Riad -la obra más importante de carácter público en la que han participado-, también "muy parecido geológicamente a Gijón", según Carlos López, "con calizas de una edad similar". Ambos emplazamientos cuentan con depósitos arenosos. En el caso de Riad se trata de arenas desérticas que en las zonas superficiales pueden llegar a colapsarse. "En Riad tienen el mejor sistema de transporte del mundo", sostiene el profesor titular de Geología.
Para Carlos López, la presencia de la cordillera cantábrica plantea una vertiente positiva y otra negativa desde el punto de vista geológico. Por un lado, se trata de "un aula natural para aprender Geología, con rocas desde que se formó la Tierra hasta el momento actual", afirma. Del otro resaltan las "dificultades" que presenta la cordillera cantábrica para la construcción de nuevas infraestructuras. "Hay rocas de muy mala calidad", apuntan maestro y discípulo, "de muy mala calidad", insisten, "como la de los túneles de Fabares, que karstifican, son expansivas e hinchan. Están en toda la cuenca vasco cantábrica y son las que provocan también dificultades en la obra de la 'Y' vasca".
La especialización del grupo en Geología Aplicada a la Ingeniería les ha permitido colaborar en proyectos con empresas, lo que les sitúa como uno de los departamentos de la Universidad de Oviedo que capta una mayoría de los fondos para investigación gestionados por la Fundación Universidad de Oviedo (FUO). En España también han trabajado en proyectos de minería; de manera colateral, también en la Variante de Pajares, en el deslizamiento de Campomanes o en el análisis geológico de la ciudad de Avilés.
Problemas reales
"Nuestros alumnos", coinciden Carlos López y Luis Díaz, "son unos privilegiados" por contar con docentes que participan en obra real lo que le permite ver "los problemas de verdad", continúan diciendo. Si bien la relación de la Geología con la Ingeniería es relativamente reciente, en el equipo liderado por Daniel Arias han podido experimentar, en los proyectos con empresas, cómo se desarrollan las mejores obras del mundo.
El problema de esos grandes proyectos, precisa Carlos López, es que hay que completarlos "en el plazo de una legislatura y requieren de muchos estudios previos". La insuficiencia de esos trabajos geológicos se acaba pagando, admiten.
Desde del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo han trasladado al Gobierno del Principado la importancia de conocer la peligrosidad de los taludes de las carreteras asturianas. En este punto, alertan de la existencia de varias zonas de especial sensibilidad: "Un kilómetro más adelante del argayu de Caso hay otro punto terrible y en Riaño hay un talud con unas grietas en las que cabe un coche". Ellos propusieron a la Administración proteger las zonas más peligrosas, pero no se les escuchó. Además de Caso, también señalan como zonas sensibles la vía entre Belmonte y Somiedo, la subida a San Juan de Beleño o la carretera del Pontón.
