El Principado autoriza este verano por primera vez las quemas, tras años de veto sin matices, aunque sólo podrán hacerse fuegos para quemar rastrojos y otros restos vegetales de limpieza de fincas en condiciones muy específicas: el riesgo de incendio deberá ser bajo (inferior a 3).
Hasta ahora, durante los meses de julio, agosto y septiembre quedaba totalmente prohibida la quema de rastrojos, restos de limpieza de fincas, matorral u otros productos. Pero, según explican fuentes de la consejería de Desarrollo Rural, la incorporación el pasado año del índice de riesgo de incendios detallado por municipios (hasta entonces el índice era único para toda Asturias), permite conocer mejor cuándo se producen localmente las condiciones idóneas o desfavorables para una quema. El índice regional "impedía una planificación de incendios más ajustada al territorio; desde septiembre del año pasado se tienen en cuenta las diferencias que puede haber entre Grandas de Salime y Llanes un mismo día", indicaron las fuentes consultadas.
Asimismo, la resolución de quemas de marzo de 2018 ya considera para todo el año medidas de prevención que antes únicamente estaban en vigor en verano, vinculadas ahora al índice de riesgo diario y no a unos meses específicos. "Por ejemplo, ahora está prohibido hacer fuegos en barbacoas lo días que el índice de riesgo sea 4 o 5, con independencia del mes de que se trate", afirmaron las mismas fuentes.
Este nuevo criterio no resta peligrosidad al fuego en el verano, ya que el límite para permitir las quemas desciende hasta el índice de riesgo 3, mientras que el resto del año se prohiben las hogueras con riesgos 4 y 5.
