Esperaban la convocatoria desde hace un año pero lo que se han encontrado les ha decepcionado. La línea de ayudas del Principado para que los grupos de investigación desarrollen su actividad durante los próximos tres años ha dado al traste todas las expectativas que los investigadores tenían puestas en ellas. Los diez millones y medio de euros de ayudas con los que el Principado se comprometía a financiar los costes asociados a las actividades de I+D+i para grupos asentados en la Universidad asturiana, organismos públicos de investigación o entidades vinculadas con el Sistema Nacional de Salud que desarrollen actividad investigadora presentan unas condiciones tan exigentes que hasta los grupos más consolidados incumplirían las condiciones que se les plantean.
Para los grupos de investigación emergentes se exige un mínimo de dos miembros con grado de doctor y vinculación a tiempo completo con la entidad a la que pertenecen cuando a la mayoría de los jóvenes se les pone muy cuesta arriba lograr ese contrato. Al mismo tiempo, el responsable del grupo no puede superar los 41 años cuando esa es la franja de edad donde normalmente se logra la estabilidad entre el profesorado universitario, lo que supone un obstáculo para convertirse en líder de un grupo. "No podemos concurrir por lo restrictivas que son", denuncian los científicos. Además, para los equipos de investigación más consolidados se eleva el requisito a tres miembros con grado de doctor con una trayectoria de no menos de cuatro años y con la obligación añadida de tener que demostrar una producción científica suficiente y tesis dirigidas.
Desde la Asociación por el Futuro de la Investigación en Asturias (AFIA) denuncian los "leoninos requisitos" impuestos por el Gobierno del Principado que "dificultan" o, incluso, "inhabilitan" a lo grupos más afianzados de la Universidad para acceder a esas ayudas.
Principado y Universidad se reunirán hoy para acercar posturas al respecto porque en el Rectorado tampoco convencen las condiciones impuestas por la Administración regional. Los investigadores no quieren interferir en ese encuentro: "Que lo arreglen ellos primero, nosotros estamos en medio de un fuego cruzado", afirman. Pero no dejan de recordar que la convocatoria "tiene muchos defectos en su actual planteamiento".
Las explicaciones realizadas por la directora general de Innovación, Ana Concejo, ante un grupo de investigadores, la pasada semana, en el campus del Cristo, no convencieron. Grupos grandes y muy consolidados advirtieron allí que creían no podrían acudir en las condiciones planteadas. "Parece que están tratando de revisar los requisitos", afirma un grupo de Química, "pero a día de hoy la convocatoria está abierta, los plazos corren y no tenemos más información que la publicada al respecto", insisten. A la tardía convocatoria, suman la posibilidad de que se llegan a "dinamitar" muchos puestos de trabajo de técnicos e investigadores que dependían de esta financiación. Son varios los casos de investigadores contratados en esos grupos que finalizaron su contrato en diciembre de 2017. En muchos casos, el personal docente e investigador está costeándose con sus propios fondos la asistencia a congresos. Esa realidad muestra, según los afectados "el profundo desconocimiento de la Consejería de Industria y el Principado sobre el funcionamiento de los grupos de investigación de la región", se lamentan.
Desprecio a los grupos
Los 10,5 millones de euros anunciados para su ejecución de 2018 a 2020 incluyen asignaciones de hasta 200.000 euros por grupo, para aquellos más consolidados y hasta 100.000 euros en el caso de los emergentes. Para los afectados, todas estas acciones siguen en la línea de "desprecio" ante la investigación del Gobierno del Principado, más allá de los retrasos de las becas predoctorales "Severo Ochoa", a los que ahora añaden las ayudas a grupos a la lista de "despropósitos". Por ello, instan a la Administración a cumplir sus compromisos en investigación y que deje de hacer "recortes encubiertos".
