El matrimonio forzado "supone una forma de esclavitud aún permanente en este mundo", ha asegurado Ángela Vallina, eurodiputada asturiana de Izquierda Unida, en una breve intervención durante el pleno celebrado ayer en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

"Tolerancia cero a cualquier tipo de imposición de una cultura patriarcal", esgrimió la política castrillonense para justificar el voto a favor de su grupo parlamentario a un informe sobre los casamientos precoces formulado por el diputado de la bancada liberal Charles Goerens.

Vallina reclamó la adopción de medidas concretas en política exterior que erradiquen esas situaciones, además de instar a que "las políticas de desarrollo y comerciales (de la UE) en terceros países converjan hacia el respeto de los derechos humanos en especial de mujeres, niñas y niños".

Para la eurodiputada asturiana deberían "seguirse a rajatabla los tratados que defienden la protección de los menores", mediante la aplicación efectiva de normas y acuerdos "como el Convenio de Estambul o la Agenda 2030 de las Naciones Unidas".