"Un tornado es una columna de aire que gira violentamente colgada de una nube, generalmente un cumulonimbo, asociado a una actividad tormentosa y a una convección profunda", asegura Ángel Gómez, delegado de la Aemet en Asturias. "Se trata algo en cierto modo parecido a cuando se forma un remolino en el sumidero del lavabo de casa", explica. Y aunque su aparición en Asturias resulta infrecuente, siendo más habituales en el Mediterráneo, cuando ocurren, su escaso tamaño los hace difícilmente detectables por los servicios meteorológicos, y mucho menos previsibles dada su fugacidad. "Suelen pasar desapercibidos si tienen lugar en zonas despobladas, pero pueden ser observados en forma de embudo o tuba", afirma el delegado de la Aemet sobre lo sucedido en Ballota. Con todo, no habría de considerarse una perturbación extremadamente destructiva, dado que, según Gómez, lo ocurrido responde a "un fenómeno de pequeña escala, pues de la visión del vídeo y de la magnitud de los daños producidos, entendemos que ha sido un tornado débil". El fenómeno tiene su origen en el choque térmico en la atmósfera entre una bolsa cálida ascendente y una fría en altura, lo cual genera una gran velocidad de rotación al converger la corriente ya en movimiento con una zona de ascenso intenso.