Ya están juntas "Moli" y "Paca", separadas sólo por un valla de color verde que les permite olisquearse, tomarse la medida y también analizar el terreno y marcarlo. Los osos son animales a los que les cuesta acostumbrarse a otro igual, más cuando, como es el caso de estas dos osas, están hechas a vivir en semilibertad en un cercado. De hecho, "Moli" siempre ha estado sola, hasta que hace quince días comenzó el programa de socialización de los dos animales que dirige la Fundación Oso de Asturias (FOA) y se le acercó por primera vez a "Paca". El objetivo es que las dos osas vivan juntas en el cercado de manejo donde vivían juntas "Paca" y "Tola" hasta que ésta última murió en enero de este año.

"Paca", que siempre fue un animal dominante, no cambia con los años, así se comportó con "Tola", su hermana, siempre. Ella mandaba y "Tola" agachaba la cabeza, excepto cuando la cuestión a resolver era la comida, entonces "Tola" defendía lo suyo. Ahora las dos osas, "Paca" y "Moli", están juntas a la espera de que el estudio de socialización que se está llevando a cabo sobre ellas y que dirige la bióloga Lara Naves dé el visto bueno, junto con la opinión de la veterinaria de la FOA, para quitar la valla y que las dos comiencen a compartir "vivienda".

Explica Roberto Fernández, cuidador de las osas del cercado desde hace veintidós años, que "a 'Moli' la veo un poco más nerviosa, pero es lo normal, tiene 5 añinos recién cumplidos. El hecho de que 'Paca' tenga un carácter dominante y 'Moli' sea sumisa es algo que nos viene bien, porque es más sencillo que se entiendan sin que haya conflictos, aunque alguno siempre habrá porque es inevitable y normal entre animales".

Ayer la Senda del Oso era desde primera hora de la mañana un ir y venir de gente, curiosos que se acercaban a ver a las dos osinas juntas sabedores de que ambas están ya unidas en el cercado, aunque de momento les separe una vallado. Y qué mejor sorpresa que ésta para reencontrarse con sus antepasados. Daniel Martínez visitaba por primera vez Asturias junto a su novia, Montse Madinán. Ha venido a conocer el pueblo de su abuelo y como guía llevaban a su primo, Antonio Sánchez. Después de visitar el pueblo decidieron acercarse al cercado y llevarse uno de los mejores recuerdos de Asturias, poder ver a las osas, así, fuera de un zoo. "Mi abuelo era de Prada y siempre he querido venir a Asturias, hemos estado visitando la zona y nos encanta. El paisaje es maravilloso y el clima también", explicó el mexicano, que asegura que su primo fue un "excelente guía" que se había ganado la propina. "A mí me parece muy bien que junten las osas aquí, lo bueno sería que trajesen un oso para ver si 'Moli' consigue ser madre, porque al final mucho 'Furaco', mucho 'Furaco'... pero nada", aseguró Sánchez.

También de visita y con la intención de dar un paseo para desconectar de la ciudad llegaron al cercado de Proaza Montse Pérez y Jorge González, acompañados de su inseparable "Niko", un perrín que olfatea y corre libre por la senda sin percatarse de la presencia de las osas. "Por una parte te da pena ver que las osas no vivan en libertad, pero es cierto que, si no estuvieran aquí con tantos cuidados, probablemente 'Paca' ya estaría muerta", reconoce Montse Pérez, que no puede dejar de pensar que sí, "si te soy sincera, nos gusta tanto la montaña y la naturaleza que nos gustaría verlas en libertad".

Pero ninguna de las dos osas podría ahora adaptarse a vivir en el monte, ya que están demasiado acostumbradas al trato con los humanos. A "Moli" se intentó reintegrarla al medio natural, pero no fue posible. "También es verdad que ellas atraen a mucha gente, que es un aliciente turístico y a todo el mundo le gusta poder ver las osas", concluye Jorge González. En una semana la FOA decidirá cuándo une a las dos osas definitivamente. De momento, todo va bien. Es cierto que "Moli" mira de reojo a "Tola" y echa a correr, pero enseguida vuelve, como sabiendo que pronto estarán juntas.