El test a la militancia que ha traído consigo la primera vuelta de la votación para elegir al líder del PP ha insuflado ánimos en el sector popular que comulga menos con la dirección del partido en Asturias. Se entiende de pronto en ese lado que puede llegar a caber una lectura alternativa del 49,3 por ciento de votantes asturianos que dio su respaldo a María Dolores de Cospedal, la derrotada en toda España y la ganadora en Asturias, la candidata a la que la presidenta de los populares asturianos, Mercedes Fernández, apoyó con más intensidad con aquel "me fío de Cospedal" pronunciado hace algo más de una semana en Gijón. Desde el sector del partido menos afín a ella hay quien le da la vuelta al resultado y prefiere mirar hacia el 50,7 por ciento del electorado que respaldó a los otros aspirantes. Según esta versión, más de la mitad habría votado a candidatos distintos a la considerada "oficial".

Aprecian que por debajo de la derrota regional reluzca a sus ojos la victoria de Soraya Sáenz de Santamaría en Oviedo y en todas las mesas de las Cuencas salvo la de Lena y sotto voce critican la intensidad de la "campaña" de la cúpula regional a favor de la ex secretaria general. Hay entre los críticos quienes dicen haber percibido claramente la instrucción de voto y la escora de la dirección hacia Cospedal. Hablan de una maniobra "muy fuerte" y de la percepción de una identificación entre el voto a Cospedal y el respaldo a la dirección regional que a juicio de algunos era arriesgada y puede "debilitar" al partido. En la dirección regional invitan, mientras tanto, a considerar la votación estrictamente como lo que era, la primera fase de un proceso para seleccionar al próximo presidente nacional de la formación, sin nada que ver con lealtades internas o liderazgos regionales que en Asturias quedaron claramente sustanciados en el congreso que en marzo eligió a Mercedes Fernández con una aplastante mayoría en el voto de afiliados y compromisarios.

Salió ella reforzada de un proceso a doble vuelta idéntico en su mecanismo al que ahora acaba de cubrir la primera mitad de la elección del próximo presidente o presidenta nacional. Con Cospedal fuera de juego y el pulso servido entre Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, la convicción de que la batalla no ha hecho más que comenzar y promete mucha lucha quedó de manifiesto ayer sin salir de Asturias. La presidenta de Hunosa, Teresa Mallada, que apostó públicamente por Soraya Sáenz de Santamaría, regañó en su cuenta de Facebook a Pablo Casado por su pretensión de perseguir la victoria a toda costa. Reaccionaba Mallada a las críticas que el segundo clasificado en las primeras primarias populares vertía en una entrevista concedida a un diario nacional contra Sáenz de Santamaría, con cuyas políticas, decía el candidato, "nos han mandado a la oposición". "Pablo, las políticas de Soraya han sido las políticas de Mariano Rajoy de las que todos los afiliados del PP estamos orgullosos y tú, el primero, al menos, hasta hace unas semanas", le respondió Mallada. "Afirmaciones de este tipo evidencian que, en el proceso en el que estamos inmersos, unos buscamos lo mejor para nuestro partido con la premisa fundamental de salir de él fortalecidos y otros, conseguir una victoria personal a costa de lo que sea preciso, aun con el riesgo de debilitarnos enormemente". "Así vamos muy mal", remata, "los afiliados que queremos a nuestro partido no nos merecemos esta división".

Todo aquello que dirigentes del PP, incluidos Casado y Cospedal, dijeron contra las "alianzas de perdedores" ha sobrevolado las manifestaciones de los días siguientes a la primera vuelta del jueves ante la eventualidad de que los compromisarios supuestamente afines a Cospedal -tercera en las primarias- puedan hacer presidente a Casado -segundo-, descabalgando a Sáenz de Santamaría, la primera en las preferencias de los votantes. El caso es que la pugna queda servida y su desenlace aplazado para los próximos días 20 y 21 en Madrid, en el congreso en el que el sistema de elección del que se ha dotado el PP deja la decisión final en las manos de 3.134 compromisarios, 65 en representación de Asturias entre los 54 designados el jueves y los once considerados "natos" por su cargo en el partido.

Va a costar hacer previsiones, dado que la relación entre el resultado territorial y la adscripción de cada compromisario no tiene por qué ser exacta. En Asturias, por ejemplo, la victoria ha sido para Cospedal, pero por ejemplo los ocho compromisarios elegidos en la mesa de Oviedo son todos del sector del partido afín al exalcalde Agustín Iglesias Caunedo, que ha hecho público su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría.