Al año justo del traslado de barrio -se cumple hoy-, la Federación Socialista Asturiana (FSA) dejó atrás La Ería para volver al centro de Oviedo y recuperar su sede histórica de la calle Santa Teresa. La Comisión Ejecutiva autonómica se reunió de nuevo allí ayer, materializando por primera vez la reciente decisión de la dirección socialista de deshacer el traslado acordado por sus antecesores y dejar los locales de la calle Fraternidad, menos céntricos pero más espaciosos, para "grandes actos del partido". En la reunión del retorno, ayer, la Ejecutiva que manda Adrián Barbón pasó revista a los primeros pasos del Gobierno de Pedro Sánchez, parándose para ensalzar la ley de muerte digna o la revalorización de las pensiones. Sin abandonar el respeto a la propia voluntad de no injerencia en asuntos ajenos, el secretario general sí quiso entrar un momento en la decisión del PP de elegir a su presidente en primarias para asegurar, en general, que "a los partidos políticos les sienta muy bien profundizar en la democracia interna".

Inmediatamente después de volver a criticar los silencios del PP respecto a las afrentas que a su juicio recibieron la industria y la minería asturianas de los gobiernos de Mariano Rajoy, Barbón festejó que el "cambio político" de este "momento histórico" "se está viendo en todos los partidos, incluso en los más resistentes al cambio". Abstrayéndose del resultado, de los dos candidatos que quedan y de la segunda vuelta que viene, el secretario general de los socialistas asturianos interpretó el proceso como el fruto de un nuevo "paradigma" en el que "los ciudadanos reclaman a los partidos políticos que se conviertan en agentes de cambio y que sean organizaciones donde el militante que paga y pega (carteles) tenga otro papel". Dejó caer que "los de la FSA por lo menos pagan" y recordó que el PSOE fue el primer partido español que eligió a su líder en primarias y la FSA "la organización política asturiana que ha movilizado a más militantes" en estos procesos.