La elección en dos fases del nuevo presidente del PP abre ahora un plazo de algo más de dos semanas, que se presumen claves para echar cuentas de los compromisarios que puedan aglutinar Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. El compás de espera abre un período marcado por una calma tensa, en la que empiezan a vislumbrarse posicionamientos. Es el caso de Teresa Mallada, la todavía presidenta de Hunosa, que días atrás reprochó a través de las redes sociales las críticas que Casado formuló a Sáenz de Santamaría por su gestión en Cataluña.

La victoria en Oviedo de la ex vicepresidenta del Gobierno también permitió visualizar la preferencias de la junta que preside Agustín Iglesias Caunedo, desmarcándose así de la tendencia mayoritaria en Asturias donde la victoria fue para la exministra, Dolores de Cospedal. De hecho, muchas de las miradas se centran ahora en la postura que vaya a adoptar la secretaria general saliente tras el margen de reflexión que se autoconcedió tras las primarias de la pasada semana, por si su posición arrastra el sentido del voto de sus compromisarios más afines en todo el país.