Cargos y dirigentes del PP asturiano temen que el duelo por el liderazgo interno entre Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado pueda fracturar el partido ante la triple cita electoral de 2019. El estreno de la fórmula para designar al líder que suceda a Mariano Rajoy ha generado una gran incertidumbre en las filas populares, nada acostumbradas a este tipo de procesos.
Los llamamientos de la dirección regional del PP a candidaturas de unidad han sido una constante desde que Rajoy anunció su dimisión como presidente del partido tras perder la moción de censura frente a Pedro Sánchez. Mercedes Fernández apeló a la altura de miras y a dar prioridad al interés general del partido en un comité regional cuando todas las miradas apuntaban al gallego Alberto Núñez Feijóo como favorito para el relevo y ahora ha sido su "número dos", Luis Venta, quien ha planteado la conveniencia de una lista única que evitaría una nueva confrontación a dilucidar entre los tres milo compromisarios elegidos para el congreso que se celebrará los días 20 y 21 de este mes. "Independientemente de la interpretación que se puedan a dar a los apoyos, nosotros no nos hemos movido de nuestra posición inicial, que ha sido siempre defender una candidatura de unidad, dando toda la prioridad a los intereses generales del partido sobre los intereses particulares de cada uno", abundó ayer Luis Venta. Esa preferencia sobre una lista única no va acompañada del nombre y apellidos del nuevo líder, una cuestión que se deja al lógico margen de negociación entre los dos candidatos más votados en las primarias. "Es cuestión de que dos se pongan de acuerdo para hacer más fácil la situación a los militantes que acudan como compromisarios al congreso extraordinario", señaló Venta a este periódico.
El temor de los barones
Los barones territoriales del PP temen que el pulso entre Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado para tomar las riendas del partido puedan dividir y fracturar al partido en un momento especialmente delicado, la triple cita electoral de 2019 a la que los populares llegarán sin el resorte que supone la presidencia del Gobierno tras la derrota, inesperada, a manos del PSOE en la moción de censura. Asturias no es una excepción ante ese análisis.
La preocupación entre los dirigentes de los territorios es grande, de ahí que varios de ellos hayan apelado también a mensajes de unidad e integración. El PP afrontará las elecciones locales, autonómicas y europeas con un rival directo como Ciudadanos, que peleará por un electorado potencial bastante similar, y hay temor a que una agria disputa en clave interna acabe teniendo un efecto desmovilizador en las urnas que, además, suelen castigar esas crisis.
