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Las tormentas, preludio de desastre en la huerta

El tiempo anómalo de este verano ralentiza los cultivos y hace temer principalmente por la cosecha de fabas y manzanas de sidra

Las tormentas, preludio de desastre en la huerta

Los agricultores asturianos miran expectantes al cielo cada mañana para descubrir un atisbo de sol que permita el desarrollo normal de las cosechas en marcha. A estas alturas de la temporada, los profesionales del sector temen seriamente por el futuro de productos clave como la faba y la manzana de sidra

Las abundantes lluvias de los meses de junio y julio, ligadas a la falta de sol, hacen que las tierras presenten un exceso de humedad, y que frutas como el tomate, y hortalizas como las lechugas, no alcancen el desarrollo normal previsto en estas fechas.

La meteorología anómala de la primavera y de lo que va de verano también es la peor enemiga de fresas, cebollas y puerros. Si el calendario de siembras ya está completamente alterado por la primavera más lluviosa de los últimos 24 años, las previsiones de recolección son ahora totalmente inciertas.

En el caso de las patatas, los agricultores calculan pérdidas de hasta el 60 por ciento de la producción. El exceso de agua también ha arruinado parte de la segunda "vuelta" de la cosecha de fresas. Lo que más preocupa a los cultivadores de zonas como Candamo es que la humedad venga acompañada del mildio, el hongo que acaba con los frutos.

En el caso de las fabas, uno de los cultivos que dejan mayor valor añadido en las cuentas corrientes de los agricultores, se detecta un retraso en el desarrollo de las plantaciones, que podría ser nefasto a la hora de la recolección. Los agricultores ya tienen claro que habrán de asumir pérdidas.

En el manzano de sidra, cualquier descenso en las previsiones de cosecha será especialmente significativo porque, en función de la vecería del manzano, es año de poca cosecha. El panorama para la materia prima de la bebida regional contrasta vivamente con el de la pasada campaña, cuando las pomaradas vivieron una "cosechona" muy similar en cifras a la de hace tres temporadas, pero con un plus de calidad, debido al cuidado cada vez más profesional de los frutales.

Como norma general, en los años impares la cosecha es mayor y permite que prácticamente toda la sidra de los llagares provenga de manzana asturiana. Será a principios de octubre cuando arranque la cosecha en las pomaradas. Las diferentes variedades de manzana exigen unos plazos de maduración distintos, ya que hay variedades que la tienen temprana y otras más tardía, por lo que, en condiciones normales, una programación adecuada garantiza que la manzana se recoja en su punto óptimo de maduración.

En el caso del kiwi, la humedad no sólo no es mala sino que resulta totalmente necesaria. El problema es la escasez de sol, vital para que el fruto se desarrolle y llegue a un punto óptimo de maduración.

La recolección no está prevista hasta septiembre y octubre. La evolución dependerá del tiempo de las próximas semanas.

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